inicia sesión o regístrate.
¿Fue un comienzo de año difícil para la construcción?
Normalmente, todos los comienzos de año son difíciles por las condiciones climáticas. A partir de noviembre, las empresas empiezan a bajar el ritmo de obra por las lluvias. Después hay que esperar a que mejoren las condiciones.
Pese a esa constante, ¿cómo se desarrollaron estos primeros meses?
Notamos que llovió más que otros años. Si bien las obras no se paralizaron, el tiempo hizo que tengan un menor ritmo. Estamos en mayo y tengo una obra en Orán. Y allí desde el martes está lloviendo. Eso atenta contra el normal desarrollo.
¿Sigue fuerte la escalada de precios de materiales para la construcción?
Notamos que desde noviembre hasta ahora no hay un aumento desmesurado de los materiales como sucedió en otras oportunidades. Eso hace que todo sea más previsible. En ese aspecto, las empresas estamos un poco más tranquilas. Meses atrás venían nuevas listas de precios constantemente. Ahora, en tanto, sí aumentará la mano de obra de la Uocra. Ya fue comunicado y falta la homologación. Ahí se presenta un problema. El Gobierno nacional suele sacar una homologación en junio pero lo hace retroactivo a abril.
Y les cuesta hacer frente a las pequeñas empresas...
Por supuesto, ahora tenemos que pagar los retroactivos y pedir que nos reconozcan esa diferencia al Gobierno en una redeterminación, que es una actualización de los precios.
¿Cómo impactó esta situación la obra pública y cómo a la privada?
En cuanto a la obra pública, en la época de lluvia no es propicio empezar una obra. Uno trata de firmar los contratos hasta agosto o septiembre para que cuando llegue el período estival al menos las excavaciones estén terminadas. Si no se puede, se pasa los inicios de obra para más adelante. Esto ya lo tienen en cuenta los organismos y nos ponemos de acuerdo. Con respecto a la obra privada, lo que veo es que a pesar de que la venta de inmuebles está paralizada, hay cierta actividad por parte de inversores inmobiliarios.
¿A través de fideicomisos?
Muchos son fideicomisos y otros son emprendimientos particulares que se han iniciado a pesar de esta situación
¿Cómo impactó en el sector de la construcción de Salta el plan Procrear?
Esto es una opinión personal. Procrear era una solución para poder bajar los índices de desocupación o, mejor dicho, aumentar la mano de obra de la construcción. Vemos que eso no se produjo. Hay ciertas obras que se han licitado con Procrear que se están ejecutando en El Huacio y en el Grand Bourg, pero son cuatro o cinco, que no tienen tanta incidencia en comparación con la cantidad de créditos otorgados a particulares para una nueva vivienda o ampliaciones. Yo creo que el Gobierno nacional esperaba que con Procrear se genere una gran cantidad de mano de obra. Si bien se vio, pero creo que no tanto en el sector formal, ya que no son las empresas constructoras las que están haciendo esas obras chicas.
De acuerdo a un análisis de los indicadores del Copaipa, se triplicó el costo de la construcción en comparación a 2010 ¿Desde el sector empresario perciben tal nivel de inflación?
Hoy el metro cuadrado no baja de los $8.000 y hace un par de años estaba en 5.000: en dos años se duplicó. La inflación nos golpeó duro a las empresas. No es lo mismo hacer un plan de obra, que uno sabe cuánto tiene que gastar y cuanto cobrará, con este proceso inflacionario que a lo largo de un año supera el 30%. Al hacer una proyección, al final termina costando hasta un 40% más. Si bien el Gobierno reconoce esas actualizaciones, el proceso es lento. Estas cuestiones administrativas en las que tenemos que presentar las planillas lleva un tiempo. En otra época, cuando teníamos una inflación a lo mejor un diez o nueve por ciento anual, esperar seis meses no afectaba tanto. Sin embargo, hoy con actualizaciones de precios cada dos meses se tornan complicado. Por eso, que el precio de los materiales no haya subido en forma desmesurada nos dio cierta paz. Entonces así uno puede planificar y hasta los mismos proveedores nos dan mejores posibilidades de pago.