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En Salta las alternativas de esta audiencia despertaron gran interés, ya que de alguna manera lo que estaba en juego era nada menos que la autoría de "La López Pereyra", pieza musical que con el tiempo había llegado a ser considerada el himno folclórico de Salta.
Como se recordará, la aludida zamba había sido registrada como "recopilación" por el santiagueño Andrés Chazarreta (1876-1960). Y a su muerte sus herederos se beneficiaron con el cobro de los derechos de autor que les liquidaba SADAIC.
Como dijimos, la histórica audiencia se realizó el 30 de julio por la mañana en el despacho del juez Zamán, y en el transcurso de la misma declararon los poetas y escritores Manuel J. Castilla y César Perdiguero, quienes años antes habían protagonizado una resonante polémica cuando negaron que don Andrés Chazarreta fuera el autor de "La López Pereyra" y atribuyeron la autoría, papeles en mano, a don Artidorio Cresceri.
También declararon otros testigos, entre ellos una señora a quien Cresceri le había obsequiado y dedicado un ejemplar de su zamba.
El abogado de los Cresceri fue también un poeta, el doctor Holver Martínez Borelli.
Y, obvio, la participación en el caso de tres vates al hilo, Castilla, Perdiguero y Martínez Borelli, terminó dándole a la audiencia una inusitada resonancia pública.
Tanto fue así que, en medio de la reunión, un conocido abogado del foro se puso a bailar al escuchar en la sala los sones de la polémica zamba.
La audiencia
Eran las 10 y media de la mañana cuando en el primer piso del edificio de avenida Belgrano y Sarmiento comenzaron a escucharse los sones de la zamba en cuestión.
La música era propalada por un tocadisco instalado ex profeso en el despacho del juez Zamán, sitio por donde iban a desfilar los testigos convocados a declarar en el juicio caratulado: "Artidorio Cresceri, su sucesión vs. Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música - Rendición de cuentas".
Cuando el tocadisco comenzó a propalar la zamba, varios de los presentes se entusiasmaron hasta el alma. Fue el caso del doctor Carlos Frías, quien, mientras esperaba la llegada del juez, peló su pañuelo y comenzó a ensayar, con el entusiasmo propio de allí, algunos pasos de baile.
En eso estaba cuando de improviso ingresó a la sala el juez que, sorprendido por lo que veía y escuchaba, a voz de cuello preguntó: "¿Qué es esto, una audiencia o una cacharpaya?".
Recuperado el orden, entre los trámites a seguir, los testigos debían decir ante Su Señoría, luego de escuchadas las grabaciones de las versiones suscriptas por Cresceri y Chazarreta, si eran idénticas o no, pues ambas tenían la misma música e idéntica línea melódica. Y así fue que de acuerdo al orden de citación, declararon el doctor Víctor Outes, la señora María Rosa Domenichelli, Manuel J. Castilla y César Perdiguero.
A la audiencia concurrió una gran cantidad de público y lo curioso fue que muchas personas se dieron cita solo con el ánimo de aportar nuevos datos y documentos que avalaban la paternidad de la zamba "López Pereyra" a don Artidorio Cresceri.
Así, por ejemplo, un grupo de jóvenes aportó la fotografía de una comida servida en un hotel de Salta en homenaje al doctor López Pereyra. Entre los que lo rodeaban estaban Cresceri, el doctor Outes y Julio Davids. Otro valioso aporte fueron los manuscritos arrimados por el joven Héctor Aldana. Se trataban del "Bailecito de Bolivia", y la zamba "La López Pereyra", ambas de don Artidorio. Al pie de ambos documentos había una dedicatoria: "A la Srta. Lydia Aldana, Jujuy, septiembre 22 de 1920".
Finalmente, momentos antes de que comenzara la audiencia, el joven Oscar Bustamante se acercó al doctor Martínez Borelli y le dijo: "Mi padre fue quien le puso letra a la música de don Artidorio". Sin saber, Bustamante sumaba una nueva versión a la aún no establecida autoría de la letra de la zamba, atribuida alternativamente al periodista Arturo Gambilini, al cantor Juan Francia y al mismo Cresceri.