El hospital no tiene médicos ni gerente

Los vecinos aseguran que no van a esperar más y denunciaron que el hospital local Elías Anna no tiene gerente ni médicos especialistas. El nosocomio atraviesa desde hace dos años una grave crisis que, en definitiva, perjudica a los habitantes de esta localidad del departamento Orán.
La situación fue puesta en evidencia por Juan Maidana, delegado de ATSA en la zona, quien explicó: "Esto se volvió insostenible, porque la crisis en el sector de la salud pública es total. Los empleados del hospital y numerosos vecinos empezaron a movilizarse por sí mismos en la búsqueda de soluciones para el pueblo. Nos merecemos soluciones".
Los habitantes de Colonia San Rosa solo cuentan con tres médicos en el hospital. "Faltan profesionales de especialidades críticas e imprescindibles. Pero además es necesario que se nombre un gerente que lleve las riendas de la institución", remarcó Maidana.
En cuanto al estado edilicio, el dirigente indicó que también es lamentable.
"Nos faltan empleados de maestranza, ya que esta responsabilidad recae solo en dos mujeres que realizan esta tarea a destajo", señaló. Al mismo tiempo, Maidana denunció la falta de repuestas del Gobierno provincial y de los legisladores del departamento que "hacen oídos sordos a las necesidades de la gente de Colonia".
Dijo que autoridades del Ministerio de Salud le informaron que ya está designado para el cargo de gerente general el licenciado Ricardo Luna, quien se desempeñó como director del hospital de Rosario de la Frontera. "Pero la burocracia hace que aún no pueda asumir el cargo", contó Maidana.
Los vecinos y empleados esperan un pronta repuesta, de lo contrario, dejaron entrever la decisión de realizar quite de colaboración, manifestaciones por las calles de la localidad y, de ser necesario, están dispuestos a trasladar el reclamo a la ruta nacional 34 para hacer sentir el pedido.
Para colmo de males, otra situación grave que atraviesa el hospital es la presencia de ratas y otras alimañas, según pudo confirmar El Tribuno, además de los testimonios de empleados que pidieron reserva de sus nombres y dijeron que las vieron en la cocina y refugiándose en los resumideros.