inicia sesión o regístrate.
Muerte y Vejez
Cuando los años se acumulan y pesan siempre más, el pensamiento de la muerte suele aparecer con mayor intensidad.
¡Qué bueno aprender con tiempo sus lecciones! ¡Qué bueno que nos encuentre preparados!
"La muerte es límite de todo poder: no podemos retener la vida, no podemos detener la muerte. Es la nada de todo poder humano. Polvo y ceniza".
Lo dice Fernando Boasso en "Desde lo hondo a ti clamé", un librito de meditaciones bíblicas sobre la fe. Y continúa:
"No puedo seguir decidiendo de mí. No puedo hacer que otros sigan queriéndome. La muerte es abandono absoluto de todo. Ya la ancianidad ha ido despojándonos de posibilidades, de nuevos proyectos, de recomenzar lo que queda definitivamente atrás. Los años seniles nos privan de amigos, que van muriendo. Difícil contraer una nueva amistad, demasiado provisoria. La naturaleza -el designio del Creador nos va entrenando para la entrega final y total:
¡la entrega de la vida!
Solamente queda el abismo, lo sin fondo. Sin límites a los que podamos referirnos. La muerte, radical expresión de la finitud humana, abre un horizonte abismal, hay algo de infinito...
El camino hacia la muerte va liberándonos de todo lo que no sea el yo desnudo. Desprendimiento sobrecogedor. En la muerte no se entregan cosas sino el yo mismo. Al final de la vida solamente vemos la espalda de las cosas. Si nacimos desnudos, también la muerte es desnudez. Escribió bellamente Antonio Machado:"Y cuando llegue el día del último viaje/y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,/me encontrareis a bordo, ligero de equipaje,/casi desnudo como los hijos del mar".
Nuestra muerte ilumina nuestra vida. Si nuestra muerte carece de sentido, tampoco lo tuvo nuestra vida. A una gran vida sucede una gran muerte...
La muerte enciende la sabiduría: allí sabemos cuáles son los verdaderos valores de la vida, los que la construyen en la verdad. La que en verdad debiéramos haber vivido".
Estamos a tiempo para enmendar los errores, para reencontrar los senderos buenos. ¿Por qué no hacerlo ya?
¡Hasta mañana!