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Claudio Comari: "El perfil de los jóvenes ni-ni es el opuesto al del delincuente"

Miércoles, 03 de febrero de 2016 01:30
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Hace algunas semanas El Tribuno publicó un informe con datos del Instituto de Estudios Laborales y Desarrollo Económico (Ielde) que demostraban que en la ciudad de Salta había más de 37.000 jóvenes "ni-ni" (que no estudian ni trabajan).
Claudio Comari se doctoró en 2015 con su tesis demográfica "Examen de validez teórica y empírica del concepto "jóvenes ni-ni'' o "generación ni-ni'' en la Argentina del Siglo XXI".
Comari hace una revisión por los orígenes del relevamiento de "ni-ni", y recupera las tensiones teóricas sobre la categoría "generación ni-ni".
Demuestra que jóvenes en condición ni-ni hay desde hace varias décadas, y prefiere considerar que tal condición es circunstancial. Desde su óptica, no existe una generación de jóvenes que se mantienen de manera permanente en esa situación.
En ese sentido, Comari le aseguró a este medio que solo el 2% de los jóvenes ni-ni permanecen en esa condición por más de un año. De todas maneras, reconoció que el volumen de ni-ni no ha decrecido en los últimos años. El exfuncionario del Indec, completa los datos del Ielde: afirma que en Salta hay 38.000 jóvenes ni-ni, en el rango que va de los 15 a los 24 años. La población total de esa franja es de 227.000 y los ni-ni representan un 16,74%.
La idea con la que el autor de la tesis doctoral aborda la cuestión es la de episodios. Considera que, al ser situaciones circunstanciales, la cuestión de los ni-ni es un valor estadístico episódico.
Los ni-ni, para él, no permanecen fijos. Es un flujo cambiante de diversos jóvenes. Opina que hay que tratar el tema teniendo en cuenta los cambios en las "trayectorias vitales de los jóvenes", que pueden marginarlos de la actividad de manera eventual. "Esas trayectorias vitales se desenvuelven como películas, mientras que las encuestas y los censos solo nos muestran una única foto de un momento", subraya.
Comari confirma otra cuestión que el Ielde había informado: "Hay una asociación estadística entre menores recursos y episodios ni-ni", señala. Según el Ielde, el volumen de los ni-ni crece en el quintil más bajo de la población, es decir, entre los sectores más débiles económicamente.
"La mayoría de los ni-ni son mujeres que dedican gran parte de su tiempo al trabajo doméstico no remunerado y al cuidado de otros miembros de su hogar"
El trabajo doctoral no se agota en discutir el concepto y abordaje de la cuestión "ni-ni", también desmitifica algunos prejuicios a través de cifras concretas extraídas de la Encuesta Anual de Hogares Urbanos. Observa que muchas labores típicamente practicadas por las mujeres no entran en las mediciones como trabajo y, por ende, se las computa como ni-ni.
¿Cuántos son los jóvenes ni-ni que hay en la provincia de Salta y cómo se construye el índice de medición? (La recolección de datos y la sistematización de los mismos).
Es mejor empezar por la cuestión de la medición, ya que ayuda a entender de qué hablamos. Habitualmente se habla de jóvenes ni-ni cuando en las encuestas de empleo o en los censos las personas declaran no haber trabajado ni tener un trabajo en el período de referencia (que es la semana anterior a la entrevista), ni haber buscado trabajo durante el mes anterior y, además, no estar participando actualmente del sistema de educación formal.
Como es fácil de ver, nos estamos refiriendo a períodos muy cortos de tiempo en una etapa de la vida que las personas no transitan en forma homogénea. Algunas personas inician estudios universitarios al finalizar el secundario, otras abandonan por un período los claustros para después retomar los estudios, en otros casos trabajan por un tiempo y luego hacen un viaje, otros inician una nueva familia, etc. Esas trayectorias vitales se desenvuelven como películas, mientras que las encuestas y los censos solo nos muestran una única foto de un momento.
Cuando en esas fotos aparecen personas que en el momento no trabajan ni estudian algunos las denominan ni-ni. Según la Encuesta Anual de Hogares Urbanos (EAHU) de 2014, unas 38 mil personas de 15 a 24 años (entre 227.000) se encontraban en esa situación en la provincia de Salta. Como en el resto del país, mayoritariamente son mujeres que dedican gran parte de su tiempo al trabajo doméstico no remunerado y al cuidado de otros miembros de su hogar.
"Solo el 2% de los jóvenes permanecen por un período de más de un año en esa situación, y casi un tercio en algún momento están sin trabajar ni estudiar".
De acuerdo a lo que he investigado, solo una mínima porción de ellas, alrededor del 2% de los jóvenes, permanecen por un período de más de un año en esa situación y casi un tercio de los jóvenes en algún momento están sin trabajar ni estudiar. Es decir que como comportamiento episódico involucra a muchos, pero van rotando porque muy pocos mantienen la condición ni-ni por mucho tiempo.
Su tesis tiene un apartado intitulado "De ángeles y demonios", que demuestra su posición al respecto del concepto de "jóvenes ni-ni". Pasa revista por las tensiones teóricas de pensar esa situación episódica como un problema...

Discrepo con conceptualizarlo como un problema: en términos generales, se trata de breves episodios que no están vinculados con comportamientos antisociales o marginación, sino principalmente con cambios en las trayectorias vitales, y cuando se trata de períodos más largos los episodios se asocian centralmente a la maternidad y la discapacidad.

¿Cómo ha sido el comportamiento estadístico histórico de Salta con respecto a los ni-ni? ¿Aumentaron los ni-ni en los últimos años?
A nivel nacional nunca hubo más jóvenes en la fuerza laboral y/o el sistema educativo que en la actualidad; en cuanto al período reciente en la provincia de Salta, comparando los resultados de la EAHU de 2010 y 2014, no se observan cambios estadísticamente significativos.
A pesar de no ser un problema reciente, ¿por qué cree que la categoría de "ni-ni" es reciente? La realidad de jóvenes que no trabajan, no estudian ni están buscando empleo es innegable. Sin embargo, ¿por qué se utilizan parámetros negativos para caracterizar la compleja realidad de esos jóvenes?
Creo que el uso de esa categoría responde por un lado a un cambio de paradigma en los comportamientos socialmente esperados; por el otro, es una demostración de que los prejuicios también afectan a la comunidad científica y que los que verdaderamente no estudian ni trabajan suficientemente son los que sacan conclusiones apresuradas.
Años atrás el comportamiento esperado para las mujeres era el de casarse, tener hijos y ser ama de casa; hoy se les exige algo similar pero con el agregado de que además deben participar de la fuerza laboral o capacitarse mediante el estudio para formar parte de ella; el paradigma de la sociedad patriarcal se modificó, pero continúa siendo profundamente machista. La invisibilización del trabajo doméstico y las tareas de cuidados, desarrollado principalmente por las mujeres, lleva a la conclusión de que quienes no trabajan en el mercado laboral ni se preparan para ello dejan de ser socialmente productivos.
"En Salta, comparando los resultados de la EAHU de 2010 y 2014, no se observan cambios significativos en la cantidad de ni-ni contabilizados en las estadísticas".
Este prejuicio va más allá y se extiende a supuestas asociaciones de los jóvenes ni-ni con el delito, el consumo de alcohol y/o drogas ilegales, etcétera; pero el perfil de los jóvenes ni-
ni es el opuesto al de la población que delinque o tiene consumos problemáticos.
En un artículo suyo publicado en Página 12 el 21 de abril de 2014 se demuestra que los consumos de psicoactivos no aumentan en los jóvenes ni-ni con relación a otros sujetos de esa franja etaria que estudian y/o trabajan. Entonces, ¿hablar de "ni-ni" es una forma de estigmatizar?

El consumo de sustancias psicoactivas es notoriamente más bajo entre los jóvenes ni-ni que en el resto de los jóvenes. Uno de los principales factores explicativos de la situación de no trabajo y no estudio es la fecundidad: el 40% de los nacimientos se dan entre madres de menos de 25 años. El cuidado de niños pequeños es la principal causa de los alejamientos temporarios del trabajo y el estudio, y otro de los factores importantes es la discapacidad. Ambas causales tienden a estar divorciadas de los consumos problemáticos.
Claro que hablar de jóvenes ni-ni no solo es estigmatizante, sino también errado; pero es la mirada del control social que pone a la juventud en el lugar de sujeto peligroso, un punto de vista autoritario pero tristemente extendido en los discursos dominantes.
Según un estudio del Instituto de Estudios Laborales y del Desarrollo Económico de Salta, el porcentaje de jóvenes ni-ni aumenta en el quintil más bajo (la clase social más baja). ¿Eso demuestra que el problema tiene que ver con causas sociales y no con abulia u holgazanería personal?
Hay una asociación estadística entre menores recursos y episodios ni-ni. Seguramente influyen peores condiciones de acceso y permanencia en el mercado de trabajo y el sistema educativo, así como también operan diferencias culturales respecto a la cuestión de la conciliación de decisiones familiares como la maternidad y paternidad con el trabajo y el estudio.

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