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Amor
¡Buen día!
San Pablo nos habla muchas veces del amor; pero quizá el texto más hermoso se encuentra en el célebre capítulo 14 de la Primera Carta a los Corintios: "El amor es paciente, es servicial, etc." (vv.4-7).
San Gregorio Magno tiene algunas reflexiones que me gustaría transcribir, por su permanente actualidad:
"El amor es comprensivo, porque tolera con ecuanimidad los males que le infligen. Es benigno, porque devuelve generosamente bien por mal. No tiene envidia, porque, al no desear nada de este mundo, ignora lo que es la envidia por los éxitos terrenos. No presume, porque desea ansiosamente el premio de la retribución espiritual, y por esto no se vanagloria de los bienes exteriores. No se engríe, porque tiene por único objetivo el amor de Dios y del prójimo, y por esto ignora todo lo que se aparta del recto camino.
No es ambicioso, porque, dedicado con ardor a su provecho interior, no siente deseo alguno de las cosas ajenas y transitorias, ya que sólo reconoce como propio aquello que ha de perdurar junto a ella. No se irrita, porque, aunque sufra injurias, no se incita a sí mismo a la venganza, pues espera un premio muy superior a sus sufrimientos. No lleva cuentas del mal, porque, afincada su mente en el amor de la pureza, arrancado de raíz toda clase de odio, su alma está libre de toda maquinación malsana.
No se alegra de la injusticia, porque, anheloso únicamente del amor para con todos, no se alegra ni de la perdición de sus mismos contrarios. Goza con la verdad, porque, amando a los demás como a sí mismo, al observar en los otros la rectitud, se alegra como si se tratara de su propio provecho...".
Pensándolo bien, el mensaje cristiano del amor es el que logra la mejor humanización del hombre. Todos los derechos del hombre están sintetizados en el derecho a ser amado. Todos los deberes del hombre están sintetizados en el deber de amar. Con razón pudo decir Jesús: "Este es mi mandamiento: que se amen unos a otros". Y san Pablo: "Ayúdense a llevar mutuamente sus cargas, y así cumplirán la ley de Cristo".
Decirlo es siempre fácil; cumplirlo, difícil muchas veces. Pero ¡qué bueno intentarlo seguido!
¡Hasta mañana!