Mandy Sellars es una luchadora de la vida. Esta inglesa, de 41 años, padece una enfermedad sumamente extraña, que se da en una de cada siete millones de personas. Se trata de una mutación genética que le provoca un crecimiento excesivo de piernas y pies. Incluso, nació con ambas extremidades cinco veces mayores al tamaño normal.
Los médicos les dijeron a sus padres que ella nunca iba a poder caminar. Mandy lo hizo durante varios años, hasta que el panorama se complicó. Su vida estuvo en peligro, pero ahora, un nuevo tratamiento le renovó las esperanzas.
Fueron años de luchar contra su propio cuerpo, que tomó el control de la vida de esta mujer. Las piernas de Sellars crecían sin parar y llegaron a pesar 107 kilos, mientras su tren superior era el de una persona normal, que se veía pequeña al lado de semejantes extremidades. Por esta razón, quedó totalmente limitada en su movilidad.
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Mandy Sellars junto a su médico.
En 2010, la situación llegó al límite y los médicos decidieron amputarle parte de la pierna izquierda, que pesaba en ese entonces más de 30 kilos. La operación fue un éxito. Al menos, esa fue la primera impresión, porque los problemas no tardaron en regresar.
A los dos años, la extremidad le volvió a crecer. "Sentí que no había nada por hacer y que, en un corto período, podía quedar postrada en una cama, con mi vida acabada, si es que la pierna seguía creciendo", contó la inglesa, quien se mueve en una silla de ruedas y un auto especial.
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Mandy Sellars se moviliza en una silla de ruedas o en un auto especial.
¿Cómo lograron revertir la situación los especialistas? Científicos de la Universidad de Cambridge descubrieron que tenía una trastorno casi único en su ADN. Hace unos meses, encontraron una droga que podría ser efectiva para detener el crecimiento. Y según confirmó Mandy al diario Daily Mail, el tratamiento está dando resultado.
"Me siento cómoda y orgullosa de mi condición y de lo que soy. Estoy feliz, no sólo porque mis piernas se están reduciendo, sino porque me siento más como yo. Siento que estoy realmente en la dirección correcta", aseguró la protagonista de la historia, que parece tener un final feliz.
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En 2010 los médicos decidieron amputarle parte de la pierna izquierda,
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Mandy Sellars junto a su padre en una foto familiar, y cuando todavía podía caminar y jugar.