Un suboficial de la Policía de la Provincia fue detenido e imputado tras haber sido denunciado por una mujer a la que habría sometido en el interior de una escuela donde cumplía funciones de consigna.
El policía prestó ayer declaración y ratificó el hecho pero negó la falta de consentimiento.
Sin embargo la fiscal penal de Orán, María Soledad Filtrín ordenó la detención del efectivo. Según consta en la investigación, la mujer se había reunido con el policía con el que tenía una amistad y lo acompañó hasta una escuela donde cumplía funciones de custodia. El hombre la hizo pasar al interior del establecimiento y una vez adentro, se abalanzó sobre ella y la sometió sexualmente.
La fiscal ordenó la presencia de personal de Criminalística en el lugar donde habrían ocurrido los hechos para levantar rastros y que la víctima sea examinada por un médico del Cuerpo de Investigaciones Fiscales que pudo constatar que existían lesiones en el cuerpo de la mujer compatibles con la denuncia sobre el abuso sexual.
El efectivo fue detenido e imputado por el abuso con acceso carnal agravado en perjuicio de la denunciante. Ante la solicitud de la fiscal Filtrín, el Juzgado de Garantías interviniente ordenó que el imputado continúe detenido mientras se completan diversas pericias requeridas.
Otro escándalo
Un agente de policía identificado como Nelson Alejandro Cardozo (26) permanece internado en un sanatorio de Tartagal en el servicio de Terapia Intensiva luego de haber recibido una brutal golpiza por parte de unos 15 detenidos que se encontraban alojados en la comisaría 41 en la localidad de General Mosconi . El grave incidente que tuvo como víctima a Cardozo se produjo en confusas circunstancias cuando al parecer, y por causas que son materia de investigación, los detenidos a disposición de las divisiones de Drogas Peligrosas, Brigada de Investigaciones y de la propia comisaría de General Mosconi redujeron al cabo en momentos en que este se disponía a realizar una requisa unipersonal dentro de los calabozos. Fuentes de la Policía de la provincia atribuyeron al hecho por el que el cabo- padre de una nena de corta edad y oriundo de Salvador Mazza- se encuentra en gravísimo estado, a un error atribuible a los superiores del infortunado uniformado. En esa línea explicaron que "en la comisaría 41 de Mosconi es habitual que un solo personal ingrese a los calabozos a realizar la requisa. Fue allí cuando los detenidos -todos muy peligrosos y alojados en esa dependencia por falta de espacio físico disponible en otras dependencias- lo redujeron y lo golpearon a patadas en todo el cuerpo con la intención de fugarse".
Cardozo recibió golpes contundentes en la cabeza porque permaneció varios minutos a merced de los enfurecidos detenidos pero alcanzó a arrojar las llaves fuera de los calabozos y lejos del alcance de los detenidos. Cuando sus compañeros se dieron cuenta, el cabo yacía desmayado y ensangrentado. Fue allí cuando requirieron el apoyo del sistema de emergencias 911 y del Cuerpo de Infantería.
Los efectivos debieron usar gases lacrimógenos para disuadir a los detenidos y poder rescatar a Cardozo quien por su estado fue derivado al servicio de terapia intensiva en una clínica de Tartagal donde permanece en grave estado.
La requisa
Luego de reducir a los detenidos, personal policial, según el informe oficial de la propia fuerza encontró dentro de las celdas, facas carcelarias elaboradas con palos de escoba y otras con cucharas; cuando el cuerpo de infantería trató de reducir a los reclusos utilizando gases lacrimógenos, se defendieron arrojando agua hervida al personal.
A pesar de la gravedad de los hechos, la superioridad de la Unidad Regional 4 hasta el momento no adoptó ninguna medida con las autoridades y responsables de la dependencia de General Mosconi.
Otra, más insólita
Efectivos del Destacamento de Coronel Cornejo, el 31 de diciembre en horas de la noche tuvieron la idea de darle a los detenidos en esa dependencia nada menos que bebidas alcohólicas. Cuando los sujetos- alojados en esa dependencia por falta de espacio y tal como sucede en la totalidad de las comisarías del norte de la provincia - se descontrolaron por efecto de la ingesta de clericó y otras bebidas alcohólicas, comenzaron a quemar los colchones de los calabozos y amenazaban con inmolarse. En el insólito episodio debió intervenir Infantería y el personal de Bomberos Voluntarios para sofocar las llamas que ya comenzaban a ganar los calabozos. No hubo heridos graves gracias a la celeridad de Infantería que sofocó las intenciones de fuga de los reclusos ebrios.