inicia sesión o regístrate.
La maternidad evoca el surgimiento de una nueva vida y conlleva a la esperanza y la alegría como actitudes del ser humano.
La madre ha sido fuente de inspiración, a lo largo de los siglos, para el arte, la música y la poesía. Ella, desde la antigedad, más aún, desde la prehistoria aparece como la "jefa del hogar", encargada de la guarda, cuidado, alimentación y vestidos de los hijos, mientras la figura del padre aparece ligada más a la provisión de recursos y defensa de la casa. Quizás este profundo sentimiento sea el que aún subsiste en el interior del corazón humano, y hace sublimar la figura de la madre y ver al padre como alguien más lejano, como errante.
Pero los tiempos han cambiado, y nuevos paradigmas ligados a la familia, al rol de la mujer en la casa y en la sociedad, a la función paterna van instalándose en nuestra sociedad. Algo nuevo está pasando.
Asistimos a una puja de fuerza entre el hombre y la mujer, y se van quebrando paradigmas prehistóricos, donde podemos ver muchos hogares con hombres desempleados, convertidos en jefes de hogar y mujeres que sostienen la economía doméstica. La tensión y el maltrato mutuo desdibujan sus roles. No emito juicio sobre lo que es mejor. Solo reconozco un cambio que deberemos asumir y esperar ver adónde nos encaminamos.
Pienso en la cultura general, que en todas sus expresiones, ensalza la figura de la mujer madre, y viene a mi mente, la paradoja existencial de este culto a la madre y los femicidios, que parecen el pan cotidiano.
Algo está pasando, algo está cambiando. Hay un deterioro de los valores elementales de respeto al otro, y una espiral de disgusto y mal humor.
Dirán algunos, que es la desocupación, que es el narcotráfico, las drogas y la pobreza, las causas de esta paradojal situación. Creo que no es sólo eso, algo más está pasando. Hay una guerra de géneros provocada, no sólo de varón y mujer, sino de cualquier expresión que al ser diferente se ve como agresión.
Es necesario reconciliar al hombre y a la mujer. Celebrar el día de la madre es una oportunidad para pensar que nos está pasando como sociedad frente a la violencia hacia la mujer.
Es necesario reconciliarse y valorarse en cada uno en su elección y en su naturaleza. Es necesario repartir las cargas de la vida, es necesario que cada uno se convierta en un cirineo para el otro, como aquel que ayudó a Cristo a cargar la cruz, sepamos soportar el peso de la convivencia diaria con alegría.