Su sesión ha expirado

Iniciar sesión
16°
26 de Junio,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Sumalao y la limosna

Jueves, 18 de mayo de 2017 00:00
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Hace unos días un curita del interior bromeaba con lo de la limosna de los domingos en misa, diciendo que un día llegaron al Cielo, Bartolomé Mitre, Julio Argentino Roca y Eva Perón, y sólo dejaron entrar a Don Bartolomé Mitre. Ante la sorpresa de esta actitud Julio Argentino Roca preguntó, ¿por qué Mitre al Cielo y nosotros no?, a lo que San Pedro respondió: es que Mitre va todos los domingos a misa, haciendo referencia a los billetes de dos pesos que dejan en las colectas y los escasos o inexistentes billetes de cien pesos en las mangas de recolección.

Este cuento o chiste, grafica lo que sucede con nuestros aportes a la iglesia, al sostenimiento del culto religioso y los ministros religiosos, y a la solidaridad con las obras en favor de los pobres.

Varias religiones consideran el acto de dar limosna como una virtud, tal es el caso dentro del cristianismo, el judaísmo, el budismo, el islamismo y el hinduismo.

A fines de este mes vamos a celebrar las tradicionales fiestas del Señor de Sumalao, un Cristo crucificado en Pentecostés, antigua devoción nacida en la Gran Feria de Mulas hace más de 300 años. Un hecho religioso dentro de una gran feria comercial. Imagino a los fariseos de ese tiempo rasgarse las túnicas de punta a punta por el escándalo del dinero en el hecho religioso de Sumalao, igual que en nuestros días. Un recibo de cobro de bendiciones de autos, camionetas y motos desató una gran polvareda como las carreras cuadreras que se hacían en Sumalao. Muchos medios de comunicación se hicieron eco del mal llamado escándalo de cobrar los servicios religiosos. Todo hecho religioso, todo fenómeno religioso como hecho social que es, implica un movimiento económico necesario para su desarrollo. Toda religiosidad popular conlleva un hecho de crecimiento social y económico por la misma interacción de las personas que asisten.

Y todas las religiones se sostienen y desarrollan su labor con el aporte -voluntario u obligatorio- de sus miembros. Los cristianos evangélicos, por lo general, diezman. Ofrecen el diez por ciento de sus ingresos como respuesta consciente de su fe, con un fundamento muy claro en los textos del Antiguo Testamento. Y los católicos, en no pocos casos, les esquivamos a la "manga" en la misa para no aportar.

Pero somos generosos para criticar. Y lo del recibo de la bendición del auto publicado en casi todos los medios de comunicación, me pareció un gran gesto de transparencia en la administración de los recursos de la Iglesia de parte del cura del Santuario de Sumalao. Todo lo demás es "flatus vocis", pura palabrería y mucha ignorancia.

La Iglesia lleva adelante, como lo hacen también las comunidades evangélicas, muchas tareas sociales en favor de los pobres, de los enfermos, de las personas con adicciones, y eso se hace con recursos económicos. No existe una religiosidad sin ésta pata tan importante que son los medios económicos. Y cuanto mejor, que haya una gran transparencia en las cuestiones monetarias dentro de las religiones. Para ello, hoy existen en las comunidades parroquiales, los Consejos de Administración Económica que acompañan a los sacerdotes en gastos de culto, de mantenimiento de propiedades y lugares religiosos, de formación y difusión de la Palabra de Dios, y de los medios de vida de los propios ministros de la Iglesia que, según lo dijo el papa Francisco con su ejemplo y su palabra, deberían ser pobres y austeros.

Limosna es compasión y misericordia. Es un acto de amor que exige generosidad, es una respuesta de fe del que dice ser creyente o fiel de una iglesia. Y si esa iglesia administra los recursos que son de la comunidad, debe hacerlo con una gran transparencia, como un acto de amor a los fieles en general y poner parte de esos recursos al servicio de los más pobres, como lo hacían los primeros cristianos.

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD