¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

Su sesión ha expirado

Iniciar sesión
12 de Julio,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Hace un mes Gabriel espera la ayuda que le prometieron

El pasado 14 de mayo, El Tribuno contó la historia de este joven de 20 años, paralítico de nacimiento. A su vivienda llegaron los organismo oficiales, con solo palabras.
Domingo, 18 de junio de 2017 00:00
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Gabriel Gutiérrez tiene 20 años y toda su vida se movilizó en silla de ruedas. Nació en una finca en Apolinario Saravia, allí vivió hasta que su salud se lo permitió. Desde hace cinco años, Gabriel reside en Salta en una precaria vivienda, adonde lo visitó El Tribuno. Allí, con solo esperanzas de encontrar una salida a la situación en la que vive, Gabriel contó sus necesidades y sus ganas de vivir mejor junto a su madre y sus dos hermanos menores.

Luego de la publicación de su historia el pasado 14 de mayo, Gabriel Gutiérrez recibió la visita de la Secretaría de Discapacidad de la Provincia. Los enviados a su casa le aseguraron que se encargarían de pagar su alquiler hasta que desde el Instituto Provincial de la Vivienda (IPV) le den una respuesta.

En la misma semana se acercó un asistente social del Programa Federal de Salud (Profe). "Se enojaron mucho por lo que contamos. Claro que este señor es nuevo y no conocía mi caso. Le conté y le mostré que la silla de ruedas que me entregaron no me sirve, y que no tengo todos los remedios que necesito", contó Gabriel. Del Instituto de la Vivienda no se acercó nadie.

Transcurrido un mes desde que se conoció públicamente su caso, Gabriel solo recibió promesas. El pago del alquiler tuvo que hacerlo nuevamente él, porque de la Secretaría de Discapacidad no llegó nada, sigue en la vieja silla de ruedas y sin todos los medicamentos que necesita.

En un nuevo encuentro con El Tribuno, Gabriel Gutiérrez contó que ahora asiste a clases y esto le cambia la vida un par de días a la semana.

El miércoles pasado, Gabriel fue a hacer unas compras y se encontró con la señora que le había hecho todo los papeles para que la Secretaría de Discapacidad le pague el alquiler. "Me dijo que esto va a demorar, que tengo que seguir esperando", contó Gabriel. Con dolor, este joven relató el mal momento que vivió junto a su madre, durante la visita de los enviado del Profe. "El señor nos trató muy mal porque contamos que me entregaron una silla que no me sirve, pero bueno, es lo que tengo. Me dijeron que iban a pedirla y que esto se iba a tratar con urgencia", recordó. De aquel día, ya pasó un mes. En cuanto a los medicamentos que Gabriel toma para la presión, desde el Profe le confirmaron que solo podrán entregarle uno de los remedios, pero que el segundo estaba fuera del "alcance presupuestario". "Me dijeron que trate de buscarlo en la salita, para que me lo entreguen desde el plan Remediar. Pero si tengo Profe no me entregan nada de Remediar", dijo Gabriel, otra vez frente a un camino lleno de obstáculos.

Una mano amiga

Cuando El Tribuno visitó a Gabriel en su casa, este joven contó además que no podía comprar carnes ni lácteos -básicos para su alimentación- porque no tenía heladera. Un vecino del inquilinato en el que vive era quien solidariamente le prestaba su heladera cuando podía o cuando estaba.

Al conocerse su historia, un trabajador del centro de atención donde Gabriel se realiza sus diálisis le regaló una heladera. Sin dar nombre, ni hacer promoción de sus actos, esta persona sí concretó su ayuda.

 

Temas de la nota

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD