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Dueño de una voz inconfundible, de un histrionismo singular y, sobre todo, de un carisma que atrapa, este artista formado académicamente y de inclinación jazzera, edificó su carrera a través de canciones que hablan del amor y el desamor.
Es que desde hace más de cinco décadas cultiva lo romántico como sello distintivo de su mirada de la vida y que, sin duda, es su marca registrada en el mundo. Dyango incursionó en el bolero y se atrevió al tango, lo que le valió hacer amigos y vincularse con el mundo desde la música, ese arte sin fronteras que une culturas.
Su voz está en el inconsciente de generaciones y sus temas fueron y siguen siendo números puestos en ocasiones especiales.
El próximo 1 de junio, este catalán bautizado como José Gómez Romero, que acaba de cumplir el pasado domingo 78 años, que se deleita pero también sufre con el Barça, extraña la voz de Goyeneche y el saxo de Brecker, volverá a presentarse en Salta con su Tour 2018 “50 años de amor por vos”.
Dyango remarcaba que “he viajado mucho, y si he viajado es señal de que me han querido mucho”. Por 2014 había anticipado que era su última gira y sin embargo comienza una nueva gira porque, indudablemente, su lugar en el mundo es un escenario: “La canción me sigue volviendo loco, y porque la gente me lo pide. Hoy en día, a través de los medios de comunicación tremendos que hay, es un constante pedir ‘Dyango, por favor, no nos olvides, regresa’. Y bueno, como me gusta mucho cantar y pienso que se lo debo, termino volviendo”, dijo en entrevistas por entonces.
Su pasión por la Argentina, desde su primera gira en 1968, tiene mucho que ver con su sentimiento de gratitud por un país que siempre lo trata con enorme cariño. Justamente fue aquí donde obtuvo un éxito extraordinario, donde consiguió sus primeros discos de oro y de platino.
Por eso la reciprocidad salta a la vista, ya que Dyango también le ha sido fiel a la Argentina y ha creado vínculos, grandes amistades y admiraciones confesadas.