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Comenzó la cuenta regresiva para Rusia 2018. Es decir que el Mundial se encuentra a la vuelta de la esquina, puesto que son 43 días que separan de la fecha inaugural de la cita ecuménica, con una expectativa que se renueva cada cuatro años y para que toda la organización marche sobre rueda, ayer comenzó la venta de entradas en los puntos estratégicos que la FIFA ubicó en la diferentes sedes y en las que se formaron largas filas.
En Moscú, donde se jugará el partido inaugural, una de las semifinales y la final, se acercaron más de 300 personas para conseguir su ticket.
Incluso, muchos fanáticos decidieron pasar la noche en la puerta, porque la prensa local había avisado que ya no quedaban tantas entradas. De hecho, con el correr de la mañana comenzaron a anunciar las sedes en las que ya se habían agotado: fueron nueve de las once y solo quedaron dos. Los ingresos más económicos y de los de los partidos más atractivos ya se habían comercializado en su totalidad en las dos primeras fases de venta.
La venta continuará hasta el 15 de julio, el día de la final y la FIFA ya anunció que desde el 1 de junio se habilitarán nuevas oficinas de venta en los principales aeropuertos de la capital rusa (Domodédovo, Çheremétievo, Vnukóvo) al igual que en San Petersburgo, Zazán y Samara, como para mantener el interés de los aficionados para acudir máximo espectáculo en el país asiático.
Pero de acuerdo a los últimos relevamientos, las ciudades de Volgogrado y Saransk son las únicas que cuentan con entradas disponibles para los partidos del Mundial Rusia 2018, por el gran movimiento en las bocas de expendio para adquirir las localidades que se produjeron este martes, como en Moscú, San Petersburgo, Kazán, Samara, Nizhni Nóvgorod, Sochi, Rostov, Kaliningrado y Yekaterimburgo, es la información que dio a conocer la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA).
Según la web de la FIFA aún quedan entradas para los partidos entre Inglaterra-Túnez, Nigeria-Islandia, Egipto-Arabia Saudita y Japón-Polonia que se jugarán en Volgogrado, la antigua Stalingrado, que sólo acogerá encuentros de la primera fase.
En el caso de Inglaterra, según informó el Reino Unido, el número de aficionados de ese país que viajarán a Rusia será mucho menor que hace cuatro años, debido a las tensiones bilaterales, según reflejó EFE.
En cuanto a Saransk, la ciudad más pequeña del torneo, sólo quedan asientos para el enfrentamiento del 28 de junio entre Panamá y Túnez.
Más de la mitad de las entradas ya repartidas -entre un millón y medio y dos millones- han sido adquiridas por aficionados rusos, seguidos por simpatizantes de países latinoamericanos como Argentina, México, Colombia y Perú, además de otros como Estados Unidos y China.
Se descuenta entonces que el Mundial Rusia 2018, va a contar con una buena acogida de espectadores del todo el mundo. Una expectativa que se renueva, especialmente en aquellos hinchas que se trasladan desde sus lugares de origen para alentar a sus jugadores.