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Para que todo ande bien

Domingo, 29 de julio de 2018 00:00
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Hablando de sueldos y costos de la vida, un empleado me comenta que ganaba hace un año 17 mil pesos y pagaba 350 pesos de luz, y hoy cobra 20 mil y paga 2.900 pesos de luz: algo anda mal.

La empresa le pagaba el último día hábil del mes su sueldo entero, y ahora le pagan escalonado hasta el 10 de cada mes: algo anda mal.

Hay cientos de causas judiciales por corrupción contra empresarios y políticos, con grandes expedientes sin sentencia. Se dilatan el tiempo y prescriben: algo anda mal.

Se cumplieron 24 años del atentado en el edificio de la AMIA y 26 del ataque a la Embajada de Israel: algo anda mal. Entre los fallecidos se encontraban personas de cuatro nacionalidades diferentes: 76 personas argentinas, 6 personas bolivianas, 2 personas polacas y 1 persona chilena. Luego hubo varios muertos por la depresión y el dolor, sin dejar de mencionar el atroz crimen del fiscal Nisman.

Y todavía no pocos argentinos siguen hablando con la flemática vena antisemita que les caracteriza: Algo anda mal.

La Justicia argentina en todos los órdenes tiene una deuda ética con la organización de la sociedad, la garantía de los deberes y derechos de los argentinos y la organización judicial.

Si la Justicia argentina anda mal, lenta e injusta, cómplice y apañadora del mal, peor es la complicidad social con el delito.

Es necesario madurar como sociedad, vivir integrados con un alto espíritu de tolerancia y respeto. No es tiempo para fanatismos políticos ni ideológicos. Es tiempo de ponerse la patria al hombro y pasar de ser habitantes a ciudadanos. No somos un conglomerado de gente que se amontonó en un territorio, somos una Nación por construir y reconstruir. Si la justicia anda mal, si los poderes políticos andan mal, si nuestra economía no despega, dejemos de tirar culpas hacia fuera, iniciemos un cambio real, sin slogans, con un compromiso serio, propio de quienes tienen conciencia de ciudadanía.

Los judíos, los musulmanes, los cristianos, los budistas, los ateos y agnósticos, etc. nacidos en esta tierra somos plenamente argentinos. Los inmigrantes del Alto Perú o los más recientes de Europa y Asia, los que llegaron de África o del interior de nuestra América deben ser bienvenidos cuando vienen a aportar su trabajo y su conocimiento. Son hermanos de la tierra. El atentado criminal contra la sede de la AMIA no fue un solo un atentado contra la comunidad judía, fue un atentado contra la Nación Argentina.

No debe ser característica de esta nación la corrupción, la cultura de la corrupción.

No debe ser característica de esta nación la picardía para estafar o dañar al otro.

No debe ser característica de esta nación la injusticia y la inutilidad del sistema judicial. No debe ser característica de esta nación la mentira y la difamación.

No debe ser característica de nuestra nación la ociosidad y la vagancia.

Convertirnos de habitantes a ciudadanos significa hacernos cargo de la Nación como don y tarea, luchar contra la corrupción comenzando por nosotros mismos, exigir a nuestros representantes cumplir con su misión y mandato, exigir que la justicia haga lo que debe hacer: impartir justicia. Transmitir a las próximas generaciones con la palabra y el ejemplo los valores del trabajo y el espíritu de respeto y tolerancia por los otros.

Son tiempos de crisis, tiempos de cambios, podemos mantener el espíritu de la alegría y la esperanza, así no nos dejaremos vencer por la resignación, mucho menos por el mal. x

 

 

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