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La Medicina de Familia y la Atención Primaria de la Salud (APS) han estado escasamente representadas en los planes de estudio de las facultades de medicina y en el ejercicio tecnoprofesional de la atención de personas de toda edad sanos o enfermos en la Argentina.
Lentamente, con inocultables reticencias, estas especialidades médicas han sido aceptadas como disciplinas académicas.
En los países más avanzados, las facultades cuentan con departamentos de Medicina Familiar y APS con importantes actividades de docencia e investigación.
Estas disciplinas deben ser reconocidas como materias obligatorias en el pregrado y formar parte de los requisitos para la verificación de los títulos universitarios oficiales que habiliten para el ejercicio de la profesión de médico.
Se debe orientar la formación de grado en dos direcciones. Por un lado, a los perfiles más demandados por la sociedad y, por otro, a los contenidos más generales y menos superespecializados; es decir, la medicina general que la gente necesita en las cercanías de su residencia y lugares de trabajo.
El perfil de médico de familia y de APS es el más solicitado por la sociedad y genera mayor efectividad y eficiencia en el marco de la asistencia sanitaria.
En Salta
Los centros de salud de Salta, una de las redes sociosanitarias más importantes y desarrolladas del país, necesitan su aportación al sistema educativo convirtiendo además a la red de centros de salud como efector sociosanitario en docentes.
Estos centros deberán ser acreditados y estas estructuras del sistema sanitario debieran estar a disposición de ser utilizadas tanto en investigación como en la docencia.
Esta infrautilización de los centros de salud está motivada por el predominio, sobre todo en la formación médica, de la medicina hospitalaria, lo que provoca que el estudiante y más tarde el profesional médico se relacione mayoritariamente con patologías muy específicas y desde una vertiente curativa, lo cual ni es bueno para el sistema ni tampoco para el médico y sus pacientes, porque acaba adquiriendo una percepción incorrecta de la medicina real.
En cambio, la APS equilibra la formación actual basada en el hospital con otra centrada en el paciente, en la resolución de problemas, orientada a la comunidad y con un enfoque biopsicosocial.
Hay que abogar por un mayor equilibrio entre la labor clínica y la investigadora y recordar el carácter endogámico de las estructuras académicas y el miedo de las áreas clínicas a la pérdida de poder cuando se decide con voluntad política cambiar el estado de las cosas.
En materia de atención sanitaria, se registran situaciones diferenciales con rasgos de inequidad que muestran la necesidad de impulsar mejoras e impulsar y desarrollar sistemas de atención sociosanitaria mejores y accesibles.
Sistema debilitado
El sistema de salud pública se halla debilitado por el persistente relegamiento financiero, lo cual se refleja en el deterioro de la infraestructura, en la escasez de camas y en la carencia de herramientas básicas para la atención.
Esta situación coloca en un estado de fragilidad a buena parte del 40% de la población argentina, que carece de cobertura médica y que en muchas circunstancias padecen los efectos de las reiteradas crisis.
Es importante que el sistema de salud pública recomponga su calidad y eficiencia, así como se mejore el control de los diversos prestadores, a fin de que se garantice un mejor acceso al derecho a la salud de parte de la población como está incorporado en la Constitución de la Provincia de Salta.
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