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Los yuyales tapan la ciclovía impidiendo que la gente pueda caminar, correr o andar en bici, después de dos meses de aislamiento social y peligroso sedentarismo para la salud. Muchos vecinos intentaron reiniciar esta semana sus caminatas y ejercicios en la ciclovia de la ruta provincial 24 conocida también como camino a Colón, de acuerdo a la terminación del número de documento como marca el protocolo por Covid-19, pero la oportunidad se vio truncada por un ineficiente servicio de desyuyado, limpieza y acondicionamiento de los lugares de esparcimiento público.
Desde Cerrillos y hasta la primera rotonda de la autopista circunvalación oeste que anuda esta ruta, los pastos están largos y al menos queda una senda para transitar. Luego, desde la rotonda hasta la entrada al camino de Las Blancas que conecta con la ruta 23 a Rosario de Lerma, el monte es impenetrable, como se ve en las imágenes y la ciclovía está anulada por los yuyos. En el recorrido, se pudo ver volar a un aguilucho con una rata en la patas, que cruzó la ciclovía, rodeada de fincas verduleras.
Es que tanto monte es lugar propicio para la vida y el esparcimiento de alimañas y también de insectos que pueden ser dañinos, pero nunca para la vida y el esparcimiento de las personas que sólo cuentan con esos espacios para mover el cuerpo y cuidar la salud.
Así de grave es la desidia de las autoridades municipales cerrillanas que solo saben hacer oídos sordos y ser indiferentes ante lo que es tan evidente a los ojos de cualquier transeúnte. En el Día Mundial de la Hipertensión Arterial, cuando se advierte que 1 de cada 3 argentinos es hipertenso y el sedentarismo es una de las principales causas de este caos, vaya un serio y enérgico llamado de atención a la intendenta Yolanda Vega, con el pedido urgente de que tome conciencia y muestre empatía con las necesidades básicas de los vecinos cerrillanos.