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29 de Junio,  Salta, Centro, Argentina
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El verdadero ejército de Bolsonaro

Miércoles, 24 de junio de 2020 02:15
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El jueves pasado, en el legendario estadio Maracaná de Río de Janeiro, que cumple 70 años de su inauguración, jugaron a puertas cerradas Flamengo y Bangú, dos equipos del campeonato de fútbol local. El encuentro fue realizado en una ciudad que para entonces contabilizaba más de 80.000 contagiados y 7.000 fallecidos por la expansión del COVID-19, una cifra que la convirtió en la segunda urbe del país en cantidad de contagios y víctimas. El partido fue visto por televisión por millones de brasileños, un pueblo apasionado por el fútbol. Si bien finalmente no se materializó la anunciada concurrencia de Jair Bolsonaro, activo promotor de la controvertida decisión de autorizar el encuentro, dicho respaldo presidencial adquirió un fuerte carácter simbólico y multiplicó las acusaciones de "negacionismo" que le adjudican sus adversarios por su subestimación de los efectos letales de la pandemia.

Un detalle singular de este acontecimiento es que la autorización para la realización del espectáculo provino del alcalde de Río, Marcelo Crivella, un ferviente evangelista y sobrino de Edir Macedo, fundador y líder de la Iglesia Universal del Reino de Dios, la organización neopentecostal más importante de Brasil, que ante el aislamiento político en que se encuentra el primer mandatario se ha erigido, por su irradiación en los sectores populares, su estructura fuertemente verticalizada y su poderío económico, en el verdadero "núcleo de acero" del "bolsonarismo".

Un fuerte actor político

La organización de Macedo es ya un factor relevante del sistema de poder en Brasil. La cofradía cuenta con varios millones de fieles, tiene más de 10.000 templos diseminados en todo el territorio, es propietaria de la cadena Récord, segundo conglomerado televisivo del país, después de la otrora todopoderosa Red O' Globo, y su protagonismo político se expresa a través del Partido Republicanos (ex Partido Republicano Brasileño), encabezado por Marco Pereira, actual vicepresidente de la Cámara de Diputados. El senador Flavio Bolsonaro y el concejal carioca Eduardo Bolsonaro, ambos hijos del primer mandatario, formalizaron su afiliación a ese partido.

El ascenso de Macedo, narrado ya en varios libros y en una película autobiográfica cuya exhibición batió el récord de taquilla en toda la historia del cine brasileño, comenzó en 1977 cuando la fundación de la Iglesia Universal del Reino de Dios encontró el viento favorable que el régimen militar brasileño dispensó al desarrollo de las corrientes evangélicas, un culto que hasta entonces sólo congregaba al 8% de la población, para confrontar políticamente con la jerarquía de la Iglesia Católica, mayoritariamente ganada por la "teología de la liberación" , corriente promotora de las "comunidades cristianas de base" que fueron el germen del Partido de los Trabajadores.

En esa disputa ideológica con la "teología de la liberación", Macedo y los suyos abrazaron lo que se definió como la "teología de la prosperidad", cuyas raíces pueden rastrearse en los orígenes de la reforma protestante y fueron sintetizados en la célebre obra del sociólogo alemán Max Weber "La ética protestante en el origen del capitalismo". Macedo vulgarizó esa visión y la redujo a un conjunto de slogans de impacto en los sectores populares: "Yo no sigo a un Dios pobre. Si su Dios es pobre, es porque sus pensamientos son pobres. La pobreza es del Diablo, no de Dios".

Esa reivindicación religiosa del capitalismo, que constituye el subsuelo de la cultura estadounidense y es el principal caballito de batalla de la creciente penetración de las corrientes evangélicas en América Latina, empalma con la exaltación del emprendedurismo como instrumento de ascenso social y representa un importante punto de convergencia con la reformas económicas liberales propuestas por el Ministro de Economía de Bolsonaro, Pablo Guedes.

Dios, dinero y poder.

En su libro "Plan de Dios: cristianos y política", publicado en 2008, Macedo explicita su doctrina y define una estrategia de poder, que amalgama dosis de fanatismo religioso con un pragmatismo político, cuya expresión más significativa fue su apoyo al izquierdista Lula en las elecciones presidenciales de 2002 y 2007. Ese acompañamiento fue retribuido: en 2006 el propio Crivella tuvo el apoyo de Lula cuando se postuló infructuosamente para la gobernación del estado de Río de Janeiro, compitiendo con el candidato del PT, y en 2014 fue designado Ministro de Pesca y Agricultura del gobierno de Dilma Rousseff.

Ese pragmatismo está íntimamente vinculado con la incesante búsqueda de poderío económico. Lo de la "teología de la prosperidad" vale hacia afuera y hacia adentro: la iglesia de Macedo es fabulosamente rica. La revista Forbes ubica a Macedo en su ranking anual de multimillonarios con un patrimonio de 1.100 millones de dólares. En 2014, inauguró en San Pablo el Templo de Salomón, una réplica de su original de Jerusalén, con

una inversión de 350 millones de dólares. A la ceremonia asistieron, entre otros, la presidenta Rousseff y el gobernador paulista Gerardo Alckmin, del Partido Social Democrático Brasileño (PSDB).

La mayor fortaleza de Macedo fue siempre su capacidad de comunicación.

Desde un principio, la cofradía privilegió el alquiler de espacios de radio en horarios de la madrugada para capturar la atención de un auditorio insomne y ansioso de consuelo, empleando una consigna que se hizo famosa: “Pare de sufrir!”. 
Dicha estrategia de captación mediática impulsó la creación de la cadena Récord, que tuvo un rol central en la campaña proselitista de Bolsonaro. Pero esa política comunicacional dio este año un salto cualitativo con la instalación en Brasil de una filial de la cadena estadounidense CNN, a través de una compañía que cuenta con la participación del millonario Rubens Menin, un magnate de la construcción, y designó como director ejecutivo a Douglas Tavolaro, otro sobrino de Macedo y extitular de la cadena Récord.
La decisión de Bolsonaro de otorgar pasaporte diplomático a Macedo para facilitar sus actividades en el exterior permitió focalizar la atención en la expansión internacional de su iglesia, camino que empezó con su instalación en territorio estadounidense. Primero fue la edificación de un templo en Nueva York. En la actualidad, existen diez templos en Los Ángeles. Paralelamente, avanzó en Portugal y en los dos países africanos de habla portuguesa: Angola y Mozambique. Su penetración se extendió también hacia los países vecinos, en particular en la Argentina, donde adquirió numerosas antiguas salas cinematográficas reconvertidas en templos. 
La telenovela “Jesús”, producida por la cofradía, bate récords de audiencia en la televisión argentina.
Semejante acumulación de poder hace de Macedo un personaje central del sistema de alianzas de Bolsonaro. 
En la coalición de las “tres B”, por las bancadas parlamentarias del buey (agronegocios), la bala (los defensores de la seguridad pública y de la portación de armas) y la Bilbia (el bloque evangélico), la Iglesia Universal del Reino de Dios es la organización más combativa y mayor capacidad de movilización. 
En una situación de aislamiento, cuando una ofensiva opositora promueve su destitución, ese respaldo callejero vale oro. Bolsonaro conoce ese valor y Macedo sabe cobrarlo. 
 
 

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