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En Argentina, la COVID-19 ha obligado a más de 2 millones de estudiantes universitarios y 200 mil docentes a conectarse y comenzar a descubrir el mundo de la tecnología y sus herramientas aplicadas a la educación a distancia para poder continuar con el proceso de enseñanza y aprendizaje.
La implementación del aprendizaje en línea fue obligatoria y no se ofreció opción. Muchos estudiantes, probablemente por múltiples causas, no lo pudieron hacer y abandonaron el sistema; numerosos docentes esperan ansiosamente volver a las aulas, pero con la convicción de que ya nada volverá a ser igual para los que pudieron sortear la prueba digital.
Los inconvenientes fueron cuantiosos, pero el esfuerzo y el poder de la innovación y la creatividad están demostrando que se puede sortear esta barrera en la mayoría de las instituciones.
Con la pandemia, las universidades también se han visto obligadas a ajustar sus planes casi a diario.
En el año 2020 no se pudo regresar al Campus y, en lo que va del 2021, la presencialidad se ve limitada, motivo por el cual la planificación e implementación de modelos híbridos, educación a distancia, la educación remota de emergencia y otros modelos similares se están consolidando este año.
El año pasado, cuando las universidades pasaron a modelos remotos de un día para otro, como alternativa de la modalidad presencial, el enfoque estaba puesto en garantizar la participación y el acceso de los estudiantes, y la capacitación en las principales herramientas de manejo de los nuevos entornos para que los profesores terminaran el año académico.
Dificultades y alternativas
Las dificultades que se presentaron estuvieron relacionadas principalmente con la conexión a internet, equipamiento o recursos adecuados, el aislamiento social, la comunicación con los pares o profesores, las plataformas a utilizar, las evaluaciones, la registración de la actividad académica y expedición de títulos.
A medida que las restricciones sobre el aprendizaje presencial se van extendiendo, el imperativo se está trasladando a desarrollar la capacidad para proporcionar una oferta remota sólida a largo plazo e implementar adecuaciones para el trabajo remoto. La necesidad de aprendizaje remoto ha ampliado el interés en desarrollar o escalar una educación virtual adecuada, aprovechando las mejores prácticas aprendidas de un conjunto de instituciones que han implementado con éxito un nuevo modelo edu cativo.
Crecimiento sostenido
En nuestro país se replica la tendencia mundial de aumento de matrícula en educación a distancia; ha sido del 65 por ciento en ocho años en Argentina; pasamos de 105 mil estudiantes aproximadamente en 2011 a 172 mil en 2019, mientras que el crecimiento de la presencial estuvo alrededor del 27 por ciento en el mismo período.
La oferta de carreras a distancia también va en aumento; más de 100 instituciones universitarias locales presentaron y tienen acreditadas sus plataformas en el sistema educativo nacional, lo que seguramente implicará que la educación a distancia crezca con renovadas fuerzas luego de la pandemia.
Si bien es probable que muchos estudiantes regresen a la presencialidad cuando sea seguro y estén dadas las condiciones, otros pueden permanecer alejados a largo plazo, lo que aumenta las apuestas en la construcción de ofertas sostenibles.
De hecho, especialistas internacionales en la temática pronostican que la pedagogía en línea primero se normalizará para prácticamente todos los estudiantes universitarios y que todo el crecimiento en la educación superior hasta 2030 ocurrirá en línea.
Aprendizaje digital
El coronavirus potenció el aprendizaje digital en el nivel superior, este continuará en crecimiento y conformará una buena porción del mercado educativo futuro.
Tanto universidades como organizaciones relacionadas con el sector, muchas de ellas con alcance mundial, que se consolidaron durante la pandemia, están realizando importantes inversiones para la transformación digital, actualización de plataformas con aplicación de inteligencia artificial en el tratamiento de los datos y la educación virtual en línea con programas flexibles, personalizados y metodologías adecuadas para la modalidad.
Esto marcará claramente un antes y un después en el sector universitario, ya que se multiplicará la oferta adecuada a los nuevos requerimientos de la industria 4.0, con nuevos métodos pedagógicos, especialmente orientados al aprendizaje digital y con recursos innovadores, como los simuladores 3D.
Cabe destacar también que la pandemia está provocando enormes cambios en los mercados laborales, acelerando las tendencias en teletrabajo, interacciones digitales y transacciones, y automatización, a las que las instituciones educativas de nivel superior no pueden permanecer indiferentes; se estima que más del 50% de la fuerza laboral necesitará volver a capacitarse en los próximos 3 años. La automatización de procesos en los lugares de trabajo hará necesaria la readaptación profesional e invertir en capacitación. Además del título profesional, para demostrar capacidad y aprovechar las nuevas oportunidades que surgen serán necesarias nuevas capacitaciones e insignias que den cuenta de las nuevas habilidades para el mundo del trabajo pos-COVID. Es en esta área donde también están apareciendo nuevos actores con plataformas educativas diseñadas especialmente para cubrir estas nuevas necesidades: Cousera, Google, Digital House de la mano de Mercado Libre y Globant, etc.
Durante la pandemia, solo Coursera incorporó más de 3.100 universidades en pocas semanas en el mundo para dar distintos tipos de cursos y especialidades relacionadas con las nuevas habilidades y competencias que demanda el mercado de trabajo a nivel local y mundial.