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26 de Agosto,  Salta, Centro, Argentina
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Esenciales y siempre presentes: historias de quienes mantienen limpias nuestras calles

Trabajar en la limpieza de la ciudad tiene que ver con un estilo de vida y con un rol social. Conocé a cuatro empleados de Agrotécnica Fueguina, la empresa que presta el servicio integral de recolección en la ciudad desde 1999.
Domingo, 08 de agosto de 2021 02:06
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Recolectores de residuos, choferes, limpiadores de canales o espacios verdes y barrenderos estuvieron desde aquel primer día del anuncio de cuarentena en la calle, muchas veces en el silencio y la soledad en la que sumía la pandemia a la ciudad. Sumaron tareas y muchos recaudos y se volvieron fundamentales ante la importancia de la higiene. Esta vez la historia es la de ellos, porque nos cuidaron y nos cuidan todos los días. Antes del amanecer y cuando ya se apagan las luces de las casas, ellos están trabajando en la ciudad y, con cada persona, de alguna manera, se establece un vínculo silencioso o se genera una historia.

A través del contacto diario en Salta, sus lugares y con los vecinos de la ciudad, los trabajadores de Agrotécnica Fueguina, la empresa encargada de recolectar residuos y limpiar la ciudad de manera integral, generan vínculos y diversas formas de relacionarse con los salteños.

La limpieza de la ciudad tiene que ver con aspectos cotidianos de nuestras vidas y esto hace que los que se ocupan de ella formen parte y se involucren, para hacer de Salta una ciudad mejor, más limpia y comprometida con el cuidado del ambiente. Pero, además, una característica de Agrotécnica Fueguina es que cada uno que trabaja en la calle trata de atender las necesidades de las personas y la importancia de educarlas para sumar y colaborar con el bienestar de todos.

De los más de 500 trabajadores que tiene la empresa, hoy se presentan cuatro historias diferentes, de colaboradores que tienen algo en común: para ellos trabajar en la limpieza de la ciudad tiene que ver con un estilo de vida y un rol social.

Si bien Agrotécnica Fueguina crece constantemente, hay un alto índice de permanencia en sus recursos humanos. Son muchos los trabajadores de la empresa que están desde sus inicios en Salta, en 1999.

Es así que, con algunas de sus historias, se puede representar a trabajadores esenciales de Salta a los que siempre deberemos homenajear cuando la pandemia sea un recuerdo.

Saturnino Vallejos Arce

Saturnino Vallejos trabaja en la empresa desde hace 21 años "al servicio de los vecinos", como él mismo lo describe. Es un hombre de campo, de trabajo. Tiene 64 años, vive con su esposa y tiene 5 hijos.

Siempre se desempeñó en el área de barrido y con el paso de los años comenzó a trabajar en mantenimiento de espacios verdes, encargado de lo que en la jerga recolectora se llama "papeleo": levanta los papeles de la calle y mantiene la plaza Evita, un lugar recreativo y destacado por ser una de las plazas integradoras de la ciudad, con juegos para chicos con discapacidad.

Comentó que estuvo exceptuado de trabajar un tiempo largo por la pandemia, pero "siempre con ganas de volver". Cuando volvió hace unas semanas, ya inmunizado con las dos vacunas contra la COVID, se reencontró con los vecinos de la zona, quienes lo recibieron alegremente: "Pensaban que ya me había jubilado" cuenta, pero "todavía me falta, todavía puedo trabajar", dijo.

A los chicos y jóvenes que se acercan a plaza Evita, siempre les recomienda que "cuiden la plaza, los juegos, que no tiren basura fuera de lugar. Hay dos canastos grandes en las esquinas de la plaza".

Le gusta su trabajo, siempre le gustó caminar y le encanta estar al aire libre y en contacto con la gente: "Como uno ya es conocido aquí, la gente pasa, conversa, saluda y ahí aprovecho para recomendar que cuiden el lugar y que no tiren la basura al canal", expresó.

Después de 21 años es tal el compromiso que Saturnino tiene con su trabajo que no solo habla con la gente personalmente, sino que es asiduo usuario de las redes sociales, de Facebook, particularmente. En la cuenta oficial de la empresa (@agrotecnicafueguinasalta) siempre comenta y concientiza sobre el cuidado del medio ambiente y la preservación de la limpieza de la ciudad.

Juan Vitalino Escobar

¿Perdiste algo en la calle? Tal vez tengas suerte y lo encuentre Juan Escobar. Es uno de los tantos trabajadores de AF que encuentra objetos perdidos en la calle y los devuelve a sus dueños. Tiene 49 años y trabaja desde muy joven en la empresa, también desde 1999. Cumple servicios en el área de barrido. Recorre la zona de Catamarca y San Martín, Mendoza, San Juan, Pedro Pardo hasta Yrigoyen y alrededores.

Juan es hijo de un barrendero municipal jubilado, está casado y tiene 6 hijos. Contó que, desde chico, ayudaba a su papá en el trabajo, cuando se prestaba servicio a través de la administración municipal.

Trabajó, como todos sus compañeros de Agrotécnica Fueguina, durante la cuarentena por la pandemia, por ser un servicio esencial. "Al principio con miedo, pero con todos los cuidados sanitarios", comentó.

Tiene miles de anécdotas recorridas en cada barrido de su escobillón. En la calle se encuentra de todo "desde billeteras, documentos importantes, DNI, celulares...". Juan se toma el trabajo de buscar datos que puedan llevarlo a los dueños de las cosas perdidas y se las devuelve. "Como no entiendo mucho de tecnología, llevo las cosas perdidas a mi casa y mis hijos me ayudan a buscar a los dueños", comentó. Así devolvió celulares, documentos y patentes de vehículos.

"Sé lo importante que es hacer un trámite de documento, por ejemplo, y por eso devuelvo lo que encuentro". Los hijos de Juan buscan la dirección y si queda cerca de su casa o de la zona de trabajo "las llevo personalmente y, si es lejos o de otra zona, mis compañeros de la Fueguina se lo acercan".

Para él este accionar es cotidiano, pero en estos tiempos resulta una rareza: "Soy un hombre de buenas costumbres", dijo. "No es bueno quedarse con las cosas que no son de uno", remarcó con honestidad. "Eso lo aprendí de mis padres y le enseño a mis hijos", expresó con orgullo.

Víctor Hugo Flores

Víctor Hugo Flores tiene 29 años y es recolector de residuos. Trabaja hace 5 años en la empresa y ese es "su sueño cumplido". Vive en Solidaridad, fue criado por sus abuelos, Germán y Jorgelina, a quienes adora y siente sus padres.

Cuando tenía 18 años ingresó a una de las cooperativas de recuperadores de residuos que se vinculan con la Municipalidad y recuperan residuos en el relleno San Javier. Recordó que a veces necesitaba buscar todo el día botellas de plástico o cartón para conseguir dinero.

"De niño veía pasar a los basureros, como se les dice comúnmente a los recolectores, y soñaba con trabajar ahí", contó. De su trabajo comenta que "a veces la gente no toma conciencia de lo que genera. Podría clasificar la basura y separar los residuos secos, el papel, el cartón, el metal, para que los recuperadores lo aprovechen".

Además, recomienda a los vecinos que "si tiran vidrios rotos en la bolsa de basura, les pedimos que lo envuelvan en papel o cartón, o indicar que hay vidrio, para que los recolectores no tengamos accidentes".

Víctor se siente un bendecido por lograr mejorar su futuro: "Tuve una oportunidad", remarcó e impulsa a los jóvenes a "luchar por sus sueños, esforzarse, no rendirse nunca, y jamás dejar de soñar".

Julio César Pintos

Día a día, Julio César Pintos se encuentra con los microbasurales de la ciudad. Es chofer del camión almeja que se encarga del servicio de limpieza de microbasurales y poda y trabaja hace 16 años en Agrotécnica Fueguina. Tiene 37 años, está casado y tiene 2 hijos, Josefina y César. Su tarea es limpiar y levantar la basura que la gente tira fuera de lugar.

"A la gente que tira la basura en las esquinas o fuera de lugar les diría que no tienen necesidad de hacerlo porque el servicio de recolección pasa 6 veces a la semana por las puertas de las casas", remarcó Julio.

Sobre su actividad, dice: "Hago lo que más me gusta, que es manejar. Me siento a gusto con mis compañeros de trabajo y recibimos el cariño de la gente, que es muy agradecida".

Para Julio es sorprendente cómo los chicos adoran a los recolectores: "Nos hacen sentir que somos sus ídolos. Cuando pasamos con los camiones, nos saludan y nos esperan, por eso me siento orgulloso de trabajar en la empresa".

 

 

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