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Gran Bretaña, un gigante en crisis

Miércoles, 26 de octubre de 2022 02:29
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Gran admiradora de Margaret Thatcher, Liss Truss eligió para su mandato un proyecto que creyó el adecuado para su gobierno, sin embargo, eran otras las expectativas y necesidades de sus electores dentro del marco actual. Solo después de seis semanas en el poder, Truss se vio obligada a renunciar. Es una crisis ideológica y política grave la que enfrenta el Partido Conservador y el Reino Unido, la misma conlleva incluso una profunda crisis de identidad. Su sucesor, Rishi Sunak, es el tercer primer ministro de este año. Una inestabilidad como esta es inédita en un gran país democrático occidental.

Incluso Putin no dudó en hacer declaraciones en favor de su "causa", poniendo de manifiesto la inestabilidad que pueden sufrir las democracias occidentales.

En su descargo, hay que reconocer que después de 12 años en el poder el Partido Conservador tuvo que atravesar la crisis financiera, el Brexit, la pandemia y, como toda Europa, la guerra en Ucrania.

De todas las crisis enunciadas, la fundamental, la determinante, es sin duda el Brexit. Ella transformó al partido y al país en el plano ideológico, económico y electoral, permitiendo la amplia victoria de Boris Johnson en las legislativas del 2019.

Hoy pagan las consecuencias del inmenso fracaso que representa para Gran Bretaña el Brexit, sin olvidar que el Partido Conservador no supo adaptarse a las transformaciones necesarias. Todo lo contrario.

Liz Truss representaba la franja del partido que quiere aprovechar del Brexit para desregular la economía y reducir el rol del Estado, ya que confían ciegamente en las fuerzas del libre mercado. Sin embargo, no son esas las razones por las cuales los electores permitieron al Partido Conservador ganar las elecciones en 2019. Los mercados financieros jugaron un rol preponderante durante las crisis y no dudaron en manifestar su desacuerdo con las propuestas de Liz Truss, no estuvieron convencidos, de allí que las sanciones y el rechazo a su proyecto fueron categóricas.

¿Acaso es la línea de Thatcher la que fracasó, en particular en el tratamiento de la deuda? Existe una pereza ideológica en reformular soluciones que se adapten a la crisis que afrontan hoy, de allí que la figura de Thatcher resurge como un fantasma del pasado...

Los argentinos tenemos un motivo adicional para recordar a "la dama de hierro", ajeno a la coyuntura actual. Como olvidar que, en 1982, las tropas argentinas se vieron obligadas a rendirse ante las fuerzas británicas o el hecho de que durante su mandato decidió dar fin al programa de ayuda a los refugiados latinoamericanos huyendo de las persecuciones.

Puede resurgir Boris Johnson

BoJo gano con un amplio margen y tuvo la mayoría más estable de todas las democracias occidentales, y sin dudas es la figura emblemática del Brexit, pero su carácter (con reputación de irresponsable y mentiroso) y las practicas dudosas que aplicó durante su mandato suscitan hoy la desconfianza de una gran parte de sus colegas militantes. Uno de los argumentos que sostuvo durante las elecciones del 2019 fue que el Partido Conservador debería unir a las clases populares con la burguesía y su electorado reclamaba la necesidad de inversiones en los servicios públicos, un rol muy activo del Estado en la economía, control y regulación de la inmigración, reequilibrio de la economía, menos favoritismo con los "traders de la city" de Londres y mas ayuda para las clases menos favorecidas, en especial en el norte de Inglaterra. El problema es que las propuestas, en teoría irrefutables, nunca las puso en practica por falta de capacidad y de tiempo. El programa de gobierno quedó en declaraciones de buena voluntad, la pandemia llego muy rápido y su descredito en gran parte del país también, en consecuencia, su caída final. Los reclamos siguen vigentes.

El sistema político británico se volvió impredecible y todo es posible. El nuevo primer ministro, que asumirá sus funciones frente al rey Charles III el próximo martes, es nieto de un inmigrante de origen indio. Recordando que en 1858 después de la revuelta de Cipayes, India pasa bajo el control de la Corona Británica. Hoy es la primera vez en la historia de Gran Bretaña que tendrán un primer ministro con orígenes de una antigua colonia.

Rishi Sunak, jefe del Partido Conservador y ex ministro de Finanzas de BoJo, nació en Inglaterra y su fortuna personal, junto con la de su mujer, es mayor aun que la del propio rey. Por el momento los ingleses no manifiestan prejuicios a que un hombre "no blanco", de origen indio, asuma la dirección del país.

Sunak anuncio en su primer discurso que trabajará para dar respuesta a las preocupaciones de los ingleses y las propias del Partido Conservador. Las prioridades planteadas consisten en concentrarse en la reconstitución en materia económica, controlar la inflación y la suba de las tasas de interés; los ingleses están traumatizados por la nefasta reacción de los mercados financieros después de los anuncios de la exministra Truss.

El riesgo inevitable es que el ajuste necesario para calmar la economía conlleve a una reacción funesta en el plano político. Pretender más austeridad presupuestaria representa castigar a las clases y sectores mas necesitados, además del deterioro de los servicios públicos. No solo Inglaterra, los países de la Unión Europea también se enfrentan a este dilema en tiempos de inflación, austeridad energética, ajustes presupuestarios y las interminables y nefastas consecuencias de la guerra.

Los conservadores opuestos al Brexit creen que se debería proponer una tercera vía, luego de los rotundos fracasos de los exministros. Sin embargo eso no significa que desean regresar y formar parte nuevamente de la UE. El partido sigue dominado por los euroescépticos. Incluso el Partido Trabajador no pone en causa el Brexit, pero están más abiertos al diálogo y sostienen una actitud conciliadora con el resto de la Unión Europea a fin de tratar, entre otros temas, las dificultades con Irlanda del Norte (lejos de solucionarse) y otras fracturas que surgieron pos-Brexit.

Sin duda los ingleses se niegan a asumir con sinceridad las consecuencias a nivel político y económico al abandonar la UE. La misma falta de visión que repercute en numerosos partidos de derecha en Europa. El desafío para el nuevo ministro y el Partido Conservador es de ocuparse de las clases populares y concentrarse menos en la elite financiera que domina los mercados en la city. Lo contrario sería precisamente volver a las líneas de fracturas que provocaron el Brexit...

Los ingleses reclaman a sus mandatarios que den prioridad a las preocupaciones y necesidades de la gente con menos recursos, que resuelvan el gran problema de la inmigración, que mejoren los servicios públicos y hospitalarios pospandemia y a reindustrializar el país. En definitiva, remediar los fracasos de los últimos años y hacer propuestas coherentes pos-Brexit, en momento de gran crisis social y económica.

Hoy el partido está encerrado en un estado tal de pánico que se pone en duda la capacidad para proceder a reformular los programas y adoptar las medidas que permitan adaptarse a la independencia ante la Unión Europea.

El Reino Unido históricamente jugó un rol determinante en Europa. Los proeuropeos estamos convencidos de que el impacto de los fracasos sucesivos hubiera sido más leve si el Reino Unido formara parte de la UE, con todas las consecuencias positivas y negativas que ello representa.

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