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La histórica y centenaria Agua Palau comenzó a funcionar a partir de 1880 y fue la primera embotelladora del país.
En 143 años logró superar varias crisis económicas y en sus inicios fue reconocida y premiada mundialmente al menos en tres ocasiones.
En plena pandemia, cuando los trabajadores habían perdido las esperanzas tras las experiencias de administraciones pasadas, nuevos socios decidieron apostar a la embotelladora. El ingeniero Alberto de la Vega, Diego de la Vega (hijo) y Diego Anchorena, asumieron en mayo del 2021. Meses después, tras la visita de un reconocido sommelier a la Ciudad Termal, quien destacó las bondades de las aguas, se proyectó la exportación a Dubai.
Francisco Alderete es Administrador de Ventas, Diego Anchorena y Diego de la Vega son los directores titulares y el ingeniero Alberto de la Vega es el gerente de Operaciones Industriales. En la actualidad, los trabajadores realizan capacitaciones sobre BPM, Buenas Prácticas de Manufactura, y HACCP, Puntos Críticos de Control. Las mismas se llevan a cabo en conjunto con el personal de Prosalta.
Cuando asumieron los nuevos socios realizaron importantes inversiones en la planta.
En cuanto a la decisión de apostar a la embotelladora en medio de la crisis pandémica, el ingeniero Alberto de la Vega expresó a El Tribuno: “Lo primero que tuvimos en cuenta, fue la fuerza de la marca y la oportunidad de poder volver a conquistar los mercados que en su momento, sabíamos que estaban perdidos”.
Para reposicionar la marca y lograr una cantidad determinada de exportación, los nuevos socios, tuvieron que realizar algunas inversiones. El ingeniero De La Vega aseguró que “también, nos hemos abarcado volcando toda nuestra experiencia industrial. La idea es invertir, tanto en la parte de equipamientos. Por ello, es que la primera inversión que hicimos fue llevar los equipos a las condiciones básicas“. Recordó que los equipos, estaban muy deteriorados por la falta de mantenimiento y explicó que “el objetivo era tener estas maquinarias en condiciones para que de esta manera fuera más previsible poder producir en un cierto volumen, cosa que era difícil en aquel momento”.
“Nos propusimos a crear nuevas líneas de producción para poder diversificarnos dentro de las aguas y sobre todo, buscando mercados fuera de la Argentina, ya que la Palau es una marca que todavía la recuerdan en el mundo por sus premios logrados en Estados Unidos, Europa y en nuestro país”.
“La marca de por sí es buena y compite con las mejores del mundo. Además hay que tener en cuenta que cuando la embotelladora inició, era la única productora de agua, o sea que tenía el mundo en sus manos, pero ahora tenemos que competir con el que abre la canilla y llena envases en su casa, entonces es todo un reto“, señaló.
Nuevos retos
Para poder ampliar la producción, el ingeniero indicó que hubo que ampliar la red eléctrica.
”Como no teníamos potencia en las líneas eléctricas, lo primero que hicimos es aumentar sesiones de cables para poder consumir esa potencia que necesitábamos para poder agrandar la producción, y estamos en esa etapa con EDESA, para que nos traiga un transformador más grande para poder dar el otro paso que es el de ampliar las líneas de producción“, detalló.
Además indicó que desde la nueva concesión, se está trabajando con normas y con certificaciones.
”Trabajamos para certificar nuevas prácticas de manufactura y HACCP, que son los Puntos Críticos de Control para asegurar la calidad del agua y no ponerla en riesgo“.
Los trabajadores
Los trabajadores de la planta del Agua Palau, tuvieron que sortear varios obstáculos e incertidumbres laborales a lo largo de los últimos años. Afortunadamente hoy lograron recuperar el ritmo de trabajo y se capacitan mientras se adaptan a los nuevos y prometedores cambios.
De La Vega, expresó que, ”Hay ganas y hay entusiasmo en adaptarse a un nuevo ritmo laboral. Yo antes de asumir en la Palau, he trabajado en empresas internacionales donde el ritmo es otro y los criterios de calidad también, por eso la idea es hacer ir haciendo de a poco este cambio cultural“.
”Para eso, ya hemos contratado dos ingenieros Juniors que se están capacitando y que serán los líderes del futuro y podrán trasmitir una filosofía de trabajar con excelencia“, agregó.
Comenzaron con un total de catorce empleados y hoy son más de cuarenta en temporada alta.
Uno de los planes estratégicos y ya cercanos, es de ampliar la producción internacional en la temporada baja de agua que dura desde mayo hasta agosto.
”Estamos buscando salir afuera en esta época donde es la temporada baja en Argentina para poder exportar. Ya hemos tenido la visita de Horacio Bustos, el único hidro sommelier del país quien destacó las bondades del agua Palau“.
”También hemos enviado una muestra a Estados Unidos, a otro hidro sommelier (que es parte de un jurado internacional) para que cate el agua y nos dé una nueva devolución en cuanto a la calidad de la misma“, adelantó.
Finalmente aseguró que a tres meses de la asunción se logró aumentar la productividad y las capacitaciones para potenciar la marca.
”Apostamos a la cultura del trabajo y algunos valores que necesitamos rescatar en nuestra Argentina y ponerlos en vigencia de nuevo. El mensaje a quienes se arriesgan a invertir, es que no está todo perdido, todo es cuestión de trabajar y de seguir adelante, no hay otra forma ni hay magia, todo es trabajo“, concluyó.
La empresa logró superar diversas crisis económicas y en plena pandemia, unos nuevos socios se hicieron cargo de la concesión. Hoy trabajan arduamente para volver a posicionarla mundialmente.