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La crisis explotó en Juventud Antoniana y no para, por la medida que adoptaron los jugadores de no entrenar en el club por una deuda salarial y las amenazas de desalojos.
Ayer, el plantel, por sus propios medios y con la ropa de cada jugador, se trasladó hasta la zona de San Luis. donde cumplieron, bajo las ordenes del cuerpo técnico que encabeza Adrián Gorostidi, movimientos físicos, teniendo en cuenta la proximidad del partido con 9 de Julio de Rafaela el domingo a las 17 en el Martearena.
Se esperaba alguna respuesta al pedido de los futbolistas, pero de parte de los directivos no hubo anuncios para destrabar una tensa situación y aún no se sabe que puede llegar a suceder para cumplir el compromiso con el representativo rafaelino.
En plena competencia y con solo 9 puntos en juego hasta el final de la primera etapa del Federal A, el santo se encuentra en el último lugar en la tabla de posiciones de la zona 4 y en zona de descenso; en forma obligada debe sumar en los 3 partidos que le quedan para ver si logra zafar de la incómoda posición y de salvar la categoría.
El reclamo de los jugadores del santo no es de ahora, sino que viene desde el inicio del torneo, a tal punto que varios de aquellos que arribaron en condición de refuerzos decidieron regresar a su lugar de origen. Y se llegó al extremo, de acuerdo a manifestaciones, que el problema golpeó "a quienes no tienen ni para comer".
Matías Pato, uno de los referentes del grupo, en Frecuencia Gol, expuso que "queremos que todo esto se solucione, porque queremos volver a entrenar en nuestra cancha, con la ropa del club. No podemos estar en esta situación con lo que nos estamos jugando. Nos duele, nos cuesta, pero el plantel está comprometido. Parar no podemos, porque tenemos tres finales por delante y no hay que regalar nada. Queremos que se solucione para la cabeza, para lo mental, por la familia y porque lo necesitamos de verdad".