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No echemos la culpa a los otros. Todos tenemos algo que ver.
Sabado, 09 de diciembre de 2023 22:57

¿Como se perciben estos 40 años? Todo dependerá de la edad. De la comprensión del tema, de la situación económica del que analiza, de su capacidad y de su realidad. Los que tenemos muchos años vividos en nuestra Argentina, hemos atravesado tiempos de dictaduras cívico–militares, porque muchos golpes fueron pensados por los civiles y ejecutados por los militares; o en todo caso los dos grupos involucrados.

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¿Como se perciben estos 40 años? Todo dependerá de la edad. De la comprensión del tema, de la situación económica del que analiza, de su capacidad y de su realidad. Los que tenemos muchos años vividos en nuestra Argentina, hemos atravesado tiempos de dictaduras cívico–militares, porque muchos golpes fueron pensados por los civiles y ejecutados por los militares; o en todo caso los dos grupos involucrados.

¿Qué pasa en las dictaduras? Lo primero que sucede es que dejan de regir la Constitución Nacional y las provinciales. Se bloqueen las garantías ciudadanas. Se intervienen los tres poderes del Estado, las universidades y los gremios.

Se realiza una feroz persecución a personas que manifestaron sus ideas, y que se asociaron para defenderlas. Por eso hubo tantos profesores universitarios perseguidos, y gremialistas detenidos o clandestinizados, generalmente delegados gremiales que estaban en contacto directo con trabajadores y patrones.

Esto es historia, es experiencia y es recuerdo vivo.

Es el recuerdo de una abogada de gremios, la experiencia adquirida con el conocimiento de las leyes y su práctica en la defensa de los trabajadores, y por la experiencia de la libertad de expresar las ideas podemos sostener que "democracia" es sinónimo de libertad. Sólo con democracia, una república puede avanzar en el marco del Derecho y de los valores en la construcción de una sociedad libre.

La democracia debe ser ética -en lo personal e institucional- para evitar el manipuleo de la voluntad de los ciudadanos, la desvalorización de las personas y la corrupción que tanto daño hace a la Nación. En democracia se puede crecer intelectualmente, se puede razonar, se puede construir. Por eso es tan importante la educación en democracia. Con técnicas avanzadas y, sobre todo, con valores y respeto de los niños, de los adultos y de los ancianos. Con maestros y profesores con excelente formación, jerarquizados y bien remunerados. Con estudiantes sin hambre, para que puedan comprender lo que leen y lo que se les enseña.

Hemos tenido 40 años de democracia. A pesar de los logros en libertades y derechos tenemos índices dramáticos de pobreza y de indigencia; del consumo de drogas, que contamina cada vez más a los niños y a los jóvenes; de la inseguridad personal, de los delitos comunes y los nuevos delitos, y con la violencia familiar y de género en aumento. ¿Qué nos pasó? Creo que todos tenemos algo que ver en esto. No echemos la culpa a los otros. Todos tenemos algo que ver. Los gobernantes, por no cumplir acabadamente con sus obligaciones y hacer prevalecer el amiguismo. La falta de conocimientos de muchos funcionarios y la corrupción, aberración en la que, para que exista, debe haber alguien que ofrece y otro que acepta.

Para construir calidad de vida tenemos que adoptar un sistema más solidario, desde los detalles más pequeños a la construcción de grandes proyectos colectivos. Debemos construir la cultura del respeto, en la comunidad, en la escuela, en la vida pública y en la privada. Debemos cuidar nuestra tierra. Nuestra única tierra. Nuestro hogar común. No contaminar el suelo, la atmósfera ni el agua. Contaminar o depredar es destruir la Casa común, como dice nuestro Papa Francisco, en la Encíclica Laudato Si. Es atentar contra la salud y contra el futuro, es decir, contra las generaciones futuras.

Y no es solo una cuestión ética: existen compromisos internacionales adoptados por el país y con rango constitucional que los funcionarios deben honrar y velar por su cumplimiento, como el de todas las leyes. La democracia no se construye con actos y declamaciones, sino cultivando una forma de vida digna que todos nos merecemos. ¡Viva la Democracia! ¡Vivan todos los que defienden la Democracia! ¡Aprendamos todos a vivir en Democracia asumiendo los derechos que garantiza y los deberes que nos exige!

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