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El 2025 marcó un punto de inflexión para el desarrollo inmobiliario en Salta. Tras más de una década de alta inflación, las empresas debieron adaptarse a un escenario distinto: precios más estables, márgenes más ajustados y un entorno macroeconómico que exigió revisar a fondo la gestión interna. Durante años, el contexto inflacionario había disimulado ineficiencias estructurales, distorsiones de costos y desajustes en los procesos operativos. La nueva realidad obligó a los desarrolladores a redoblar esfuerzos en la profesionalización, el orden financiero y la optimización de recursos.
Desde CADISAL, se destacó que este proceso de adaptación no significó una contracción del sector, sino una evolución necesaria hacia una mayor madurez empresarial. "La baja inflación expuso áreas de mejora, pero también impulsó a las compañías locales a volverse más eficientes y estratégicas. Hoy las desarrolladoras salteñas están mejor preparadas para crecer de manera sostenible", señalaron desde la entidad.
Las empresas del sector implementaron a lo largo del año planes de reestructuración interna, digitalización de procesos y fortalecimiento de equipos técnicos y administrativos. Se incorporaron herramientas de control de gestión, se revisaron estructuras de costos y se redefinieron presupuestos, en un esfuerzo conjunto por mantener la competitividad sin resignar calidad ni visión de largo plazo. Este proceso permitió sentar bases más sólidas para el futuro inmediato.
En el plano del mercado, el 2025 se caracterizó por una demanda más racional y selectiva. La dinámica comercial tendió hacia proyectos mejor planificados, con foco en la eficiencia energética, la sustentabilidad y la calidad urbana. "Hoy se percibe un desarrollador con una mirada más integral: ya no solo construye metros cuadrados, sino que piensa en cómo sus proyectos dialogan con la ciudad y aportan valor a la comunidad", remarcaron desde CADISAL.
La Cámara también destacó el rol de la innovación y la incorporación de tecnología en los procesos de diseño y gestión de obra. Las herramientas digitales, la planificación basada en datos y el uso de modelos colaborativos (como BIM) comienzan a consolidarse como prácticas habituales dentro del ecosistema de la construcción local.
Un 2026 para consolidarse
De cara al 2026, las expectativas son positivas. El sector proyecta una etapa de consolidación, en la que los desarrolladores buscarán capitalizar el aprendizaje de este año de transición para fortalecer su posición y promover proyectos de alto impacto urbano y social. "Después de un año de ordenamiento interno, llega el momento de volver a crecer, pero con cimientos más firmes", concluyeron.
En síntesis, el 2025 fue un año de aprendizaje, ajuste y madurez para la industria inmobiliaria salteña.