¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

Su sesión ha expirado

Iniciar sesión
1 de Julio,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Cambiemos el paisaje de la educación

Viernes, 11 de octubre de 2024 02:22
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

"La mente que se abre a una nueva idea jamás volverá a su tamaño original..."

Albert Einstein

La educación está viviendo un proceso de innovación disruptiva, dejando de centrarse en el acceso a la información, poniendo su atención en el propósito firme de que todos los alumnos se preparen, con las herramientas necesarias, para la sociedad del mañana, convirtiéndose en ciudadanos participativos y competentes en la toma de decisiones. Entonces, no podemos superar la crisis educativa sin cambios profundos. Estamos obligados a modificar nuestros esquemas de enseñar y aprender.

La palabra disrupción hace referencia a una rotura o interrupción brusca. Es por eso que, cuando hablamos de educación disruptiva, nos referimos a aquella que pretende romper con lo establecido para mejorar lo existente. Esto tiene que ver con la adopción de metodologías activas que potencien las cualidades personales de los alumnos, en aulas dinámicas y participativas, adaptadas a las necesidades y potencialidades de cada uno. Aulas en las que los estudiantes se involucran en actividades prácticas, debates y proyectos que fomentan la comprensión profunda y la aplicación del conocimiento.

En medio de cambios que irrumpen, en toda nuestra geografía, con decisiones políticas y nuevos planes educativos, en cada rincón de las aulas y de las escuelas, donde sea que se encuentren, me pregunto ¿cómo vamos a diseñar las experiencias para que el aprendizaje verdaderamente suceda? En la innovación está la respuesta.

Será momento de hacer pequeñas revoluciones.

El cambio de paradigma implica reconocer que, a la hora de aprender, cada alumno interpreta la información de manera distinta y responde de manera diferente. Quizás es hora de alejarse de la idea concluyente que tiene que ver con un alumno que aprende lo que digo. Debemos aceptar al inconsciente como el tercer participante del acto educativo, porque no todos aprenden de la misma manera, ni tienen las mismas experiencias ni vivencias. Cada uno de nuestros alumnos aprende de una manera única.

En nuestras aulas la idea de la democracia está ligada con quien tiene el poder en ella, tenemos la concepción de que el poder del aula no se debe compartir. Podemos empezar a trabajar por comunidades de aprendizaje. Darnos cuenta de que el conocimiento en el aula se genera en diferentes direcciones: a partir de la relación docente -alumno, de la relación alumno- alumno y de la dirección estudiante - profesor. Es fundamental aceptar que los estudiantes son también fuente de transmisión de conocimiento, adoptando un rol activo. Hay que pasar del monólogo al diálogo, para crear una comunidad de aprendizaje donde todos tengan participación.

Pensar en cómo vamos a habitar el aula es toda una revolución, pendiente diría yo. Estar en el aula es más que poner el cerebro en acción, es pensar con todo el cuerpo. Es construir espacios agradables, repensar mobiliarios y espacios, organizar los tiempos, conectar con los sentimientos y las emociones como parte del proceso. El aburrimiento continúa siendo la base de un sistema obsoleto que busca la aprobación y se aleja del aprendizaje. Volver a activar la curiosidad con la que nuestros niños y jóvenes llegan a la escuela es involucrarlos cognitiva y emocionalmente y eso solo es posible cuando lo que pasa en la clase es interesante. Que el aprendizaje sea algo vivo, tangible y moldeable, para que, en vez de ir a la escuela a aprobar, volvamos a la escuela a aprender.

Si en educación invitamos a pensar las realidades y los problemas del mundo de manera más integral, trabajamos desde todas las áreas, activamos el placer y la curiosidad, vamos a producir más dopamina en nuestros alumnos y vamos a generar memoria a partir de las experiencias. Para muestra basta un botón dirían las abuelas, miremos entonces al Nivel Inicial, donde las propuestas están basadas en las posibilidades de crear, experimentar, hacer, diseñar, construir, hipotetizar y, les aseguro, no se olvidan.

Recuperar la capacidad de resignificarnos y evolucionar es el primer paso para cambiar el paisaje de nuestras aulas y aprender a mirarla con esperanza y futuro, haciendo.

 

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD