¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

Su sesión ha expirado

Iniciar sesión
24 de Junio,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Karl Oenike, fotógrafo y pintor de la vieja Salta

Lunes, 09 de septiembre de 2024 02:11

La ciudad de Salta fue elegida para realizar la primera exposición internacional del valiosísimo material logrado por el viajero alemán Karl Oenike a fines del siglo XIX. La colección original se encuentra en el Museo Linden de Stuttgart (Alemania) desde que fue depositada allí en 1936 y pasó por todos los avatares de la Segunda Guerra Mundial. La muestra estará expuesta entre agosto y octubre de 2024 en el Museo José Evaristo Uriburu al cuidado del arquitecto Mario Lazarovich.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

La ciudad de Salta fue elegida para realizar la primera exposición internacional del valiosísimo material logrado por el viajero alemán Karl Oenike a fines del siglo XIX. La colección original se encuentra en el Museo Linden de Stuttgart (Alemania) desde que fue depositada allí en 1936 y pasó por todos los avatares de la Segunda Guerra Mundial. La muestra estará expuesta entre agosto y octubre de 2024 en el Museo José Evaristo Uriburu al cuidado del arquitecto Mario Lazarovich.

La exposición de obras fotográficas y pictóricas forma parte del trabajo realizado por el Centro de Documentación de la Inmigración de Habla Alemana en la Argentina (Centro DIHA) que funciona con biblioteca y archivo en la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) con el meritorio trabajo y aporte de los académicos e investigadores Roberto Liebenthal, Inés Yujnovsky y Regula Rohland.

Johann Karl Oenike (1862-1924) fue un pintor y fotógrafo que viajó por América del Sur retratando paisajes, lugares y personas en recorridos que duraban muchos meses y se hacían a lomo de animales. Me adentré en el interés por Oenike gracias al Dr. Alfredo Tomasini. Escribí con él un par de libros sobre Esteco y otras antiguas ciudades españolas del Chaco salteño. En sus investigaciones encontró una vieja copia fotostática entre unos papeles que había heredado de Robert Lehmann-Nitsche (1872-1938) vía Julián Cáceres Freyre (1916-1999), de un trabajo del geólogo alemán Ludwig Brackebusch (1849-1906).

Brackebusch es considerado uno de los grandes maestros de la geología argentina y llegó a nuestro país contratado por Domingo F. Sarmiento para la Academia Nacional de Ciencias de Córdoba. Realizó un trabajo monumental recorriendo especialmente a lomo de mula y durante 15 años el centro, oeste y especialmente el norte del país; recolectando más de 8.000 muestras de rocas y minerales; realizando las primeras observaciones científicas sobre el petróleo de Salta y Jujuy; y dejando para la posteridad un mapa a colores, a escala 1:1.000.000, que es su trabajo de mayor enjundia.

En su primer viaje a Salta en 1881, Brackebusch se entrevistó con el gobernador Miguel S. Ortiz y con el vicecónsul interino alemán Carlos Ziegner (1842-1882), quién estaba casado con la salteña Flora Uriburu y era socio comercial del minero Jorge H. Boden, también alemán. A ellos les tocó vivir al año siguiente una situación dramática ya que fueron atacados a tiros en el Teatro de Salta donde Ziegner falleció por herida de bala a los 40 años de edad, el 12 de octubre de 1882. La mayor parte de los artículos que Brackebusch publicó en alemán fueron traducidos al español. Sin embargo, quedaba uno, en que trata sobre la vida de los mineros, que permanecía sin traducción ("Das Bergmannsleben in der Argentinischen Republik") el que fuera publicado en marzo de 1894 en la revista Westermanns Monatshefte (T. 75, páginas 749-771).

El trabajo está ilustrado con 15 dibujos que firma Karl Oenike. Investigando un poco más nos damos con la sorpresa de que este Oenike se convirtió años más tarde en un famoso pintor alemán, pero más interesante aún es que siendo joven acompañó personalmente a Brackebusch por San Luis, La Rioja, Catamarca, Salta y Jujuy en la década de 1880.

Artista y aventurero

Vamos a profundizar aquí en la vida y obra de este fotógrafo, dibujante y pintor paisajista alemán que supo retratar con belleza y fidelidad la naturaleza agreste de nuestras cordilleras. Karl Oenike nació en Berlín el 9 de abril de 1862. Entre 1879 y 1886 estudió en la Real Academia Prusiana de las Artes donde se formó como paisajista y fotógrafo. Su maestro allí fue el profesor Eugen Bracht (1842-1921) quién era un altamente respetado pintor de motivos orientales.

En 1888 fue invitado por Brackebusch a recorrer las cordilleras argentinas y un año después participó también de otras expediciones principalmente en Paraguay y Brasil.

En 1891, estando en Buenos Aires conoce a la señorita Wilhelmine Fehling con quién se casa y regresa finalmente a Berlín. Wilhemine era hija de Wilhelm Carl Fehling, fabricante de carros y carrozas. De ese matrimonio nacieron cuatro hijas: Charlotte, Marie Henriette, Wilhelmine Gertrud y Luise Irmgard.

De su paso por Buenos Aires se conserva una excelente iconografía de la Plaza de Mayo coloreada sobre papel en formato postal. Luego de su retorno en Berlín, Oenike continuó su carrera como pintor, principalmente en el norte de Europa, donde se lo comisionó para pintar castillos, paisajes, reproducir escenas históricas, a la vez que participaba de varias exposiciones alemanas e internacionales.

Fue un artista muy prolífico y utilizó la mayoría de las técnicas tales como grabado, acuarela, pintura al óleo, entre otras. Su trabajo artístico más renombrado es la entrada de los peregrinos en Belén que fuera reproducido en numerosas publicaciones. Muchos de sus diarios de viaje, mapas topográficos, dibujos, bocetos, acuarelas, óleos y fotografías se conservan en la biblioteca de la Sociedad Geográfica de Berlín y en el Instituto Ibero Americano de Berlín. Oenike falleció el 11 de abril de 1924 a los 62 años.

Es muy renombrado el trabajo que Oenike realizó en Paraguay en 1889. Algunas de sus fotografías forman parte en la actualidad de la colección del Linden-Museum de Stuttgart. Se encuentran entre las fotografías más antiguas que se conservan de Paraguay. Estando en Paraguay, en una colonia alemana donde había una fábrica de cerveza que resultó el "edén" para Oenike, éste conoció al naturalista austríaco Paul Jordan con quién planeó realizar excursiones naturalistas y etnográficas al interior del país.

En el corazón de la selva

En julio de 1889, Oenike y Jordan decidieron escalar juntos el Cerro Tatuy, situado en el sureste de Villarrica. Los campos al pie de la montaña y la misma montaña estaban entonces cubiertos por una espesa selva virgen que los indios guayaquís, una tribu muy primitiva considerada entonces como el último grupo de la edad de piedra, recorrían cazando y recolectando. Este "peligro" y la inaccesibilidad de la región hicieron que se forjasen alrededor de la montaña numerosas leyendas que mantenían a los paraguayos alejados de ella.

A pesar de todo esto, Oenike y Jordan pudieron contratar tres guías para su empresa. Llegaron a la cumbre del Cerro Tatuy, que a pesar de sus escasos 700 m de altura era considerado en aquel entonces la cota más alta de Paraguay y aún no había sido escalado por ningún europeo. Oenike pintó la naturaleza prístina y salvaje del Paraguay con el verde profundo de sus selvas y la subyugante densidad de la vegetación.

El etnólogo holandés Herman Ten Kate (1858-1931) atribuyó a la obra de Oenike "una importancia fundamental para el conocimiento de la Sudamérica meridional"; y dijo, además, que "entre los pintores exóticos hay muy pocos de cuyos trabajos emane tanta magia selvática".

Salta, un siglo atrás

Lo cierto es que este famoso pintor anduvo por Salta donde es completamente desconocido al punto que no figura en ninguno de los importantes diccionarios biográficos argentinos. En el trabajo que ilustró sobre la vida de los mineros de Brackebusch se puede apreciar su fino arte al dibujar diferentes escenas montañesas.

Entre ellas se tiene un asado junto a un arroyo al lado de un bosque; un ingeniero de minas europeo rodeado por pobladores nativos; un campamento de descanso junto a un cerro nevado; pircas y viviendas en cuevas en los cerros de San Luis; explotaciones mineras y campamentos en Famatina (La Rioja), Capillitas (Catamarca), La Carolina (San Luis); viejas fundiciones en Tambillos (La Rioja); mineros apires sacando mineral del fondo de una mina en sacos de cuero a la espalda y trepando por troncos calados; cateadores mineros picando una roca; y el pueblo minero de aluviones auríferos de Ajedrez en la Puna de Jujuy, entre otras imágenes. Muchas de estas imágenes forman parte de la colección que se expone ahora en Salta.

Muchas otras son nuevas especialmente fotos de Metán, La Aguadita, Conchas, Puesto Mendoza, Río Piedras, Cabeza de Buey y Río Mojotoro, donde aparecen árboles, flores y cactáceas, campamentos de viajeros de época, usos y costumbres, gauchos, caballos y sus vestimentas, de la expedición de 1889. Tal vez aparezca allí la que sería la primera fotografía conocida de Metán. El óleo sobre tela del Río de las Piedras es una obra sublime. La figura de Oenike sobresale entre los viajeros decimonónicos por su fina sensibilidad artística, la calidad de sus dibujos y la precisión de sus fotografías.

 

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD