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Ahab es el protagonista de "Moby Dick", la monumental novela de Herman Melville. En una travesía anterior, la enorme ballena le arrancó una pierna por lo que, al mando del ballenero Pequod, Ahab participa en una búsqueda de venganza luego de convencer a la tripulación de apoyarlo en su misión. Cuando al fin avistan a Moby Dick, el odio de Ahab le quita toda precaución, la ballena hunde el Pequod y arrastra a todos a su muerte bajo el mar. El biógrafo de Melville, Andrew Delbanco, ve en el Capitán Ahab "una personificación brillante de la esencia misma del fanatismo". "El fanatismo es el gen maldito de la humanidad", dijo Amos Oz; no sin razón.
Argentina podría ser el Pequod; nosotros la tripulación de ese barco ballenero; y Javier Milei la personificación del Capitán Ahab.
A lo largo de los últimos veinte años, desde el análisis pedagógico y de las consecuencias de imponer ideología a través de programas infantiles, se hicieron críticas y denuncias contra la perversión del programa del canal Paka Paka; una forma de adoctrinamiento canallesco sobre el indefenso público infantil.
Ahora bien, ¿el posible adoctrinamiento por parte del gobierno de Milei es correcto sólo porque se opone a los mensajes del pseudo progresismo hipócrita K? "Si el adoctrinamiento es de derecha, entonces no es adoctrinamiento. Es la Verdad.", aseguró Daniel Parisini, conocido como Gordo Dan. Sin palabras.
En los nuevos programas infantiles programados -que espero no se vayan a pasar- se dicen cosas como: "(la universidad) es muy cara, los endeudará para siempre y es innecesaria porque se puede ganar mucho dinero sin un título. Hay muchos programadores 'que solo con un curso fueron contratados'. En una canción, se dice que 'existe un niño que gana millones' con un juego en Amazon". ¿Hay algo más perverso que atentar contra la noción de una educación completa y formal, en un niño, de nuevo, indefenso? Quizás se refieran al "cursito" -y uso la acepción despectiva, con toda intencionalidad-, que hizo la diputada Juliana Santillán que le permite presentarse como "diplomada en economía austríaca" por la ESEADE. Un "cursito" virtual de 19 encuentros y de dos meses y medio de duración. ¿A eso se referirán?
Así, mientras el gobierno se rasga sus vestiduras imperiales y ataca sin piedad los médicos, residentes y empleados administrativos del Hospital Garrahan -el centro pediátrico más importante y reconocido del país y, quizás, de la región-, los residentes muestran que cobran un salario de $797.061 por 68 horas semanales de trabajo -cerca de $2.930 por hora-; mucho menos que una empleada doméstica hogareña sin estudios. Con el bono no remunerativo que fueron obligados a aceptar; estos residentes -con más de ocho años de estudio- quedarán un 10% por encima de lo que cobra esa empleada doméstica hogareña sin estudios. Si no pagamos bien a quien estudia en serio; no va a valer la pena estudiar. Y con toda una población atiborrada de "cursitos", el país no va a avanzar, ni crecer; ni se va a desarrollar. No hace falta ser un genio para entender esta verdad elemental.
El mileísmo es la imagen especular de un kirchnerismo sin déficit fiscal. Desde el púlpito de la superioridad moral al que los libertarios se subieron gritando venir a "liberarnos" del pseudo progresismo K; sólo están instalando un "liberalismo woke radicalizado"; justificado -por ellos- en la necesidad de ganar la "guerra cultural".
Pensamiento
No me parece razonable bajo ningún punto de vista. Con un pensamiento como "al kirchnerismo más kirchnerismo" o "al wokismo más wokismo"; sólo naturalizan todavía más las mismas formas violentas y equivocadas de antes. Tuercen más y rompen los pocos límites que aún quedan en pie y nos arrastran -como al Pequod-, hacia el fondo del mar. Claro, antes era en nombre de los Derechos; hoy es en nombre de la Libertad.
¿Hasta cuándo vamos a seguir canjeando un dólar barato por todo desapego a las formas y la renuncia a toda institucionalidad? ¿Hasta cuándo la sociedad argentina seguirá permutando estabilidad económica transitoria por falta de libertad? "Las formas son una discusión de tercer orden"; retrucan con desparpajo. Las formas son "una bobada de «viejos meados» y de «ñoños republicanos»", aseguran; afirmación que los desnuda con crueldad. La aparente estabilidad económica; el dólar barato; incluso haber bajado la inflación; ¿justifican perder la libertad que tanto se declama a los gritos por delante y que se cercena por detrás? Decir "la gente no odia lo suficiente a los periodistas"; es una forma de cercenar la libertad. Claro, en el sacrosanto nombre de la Libertad.
"¿Hay algo más perverso que atentar contra la noción de una educación completa y formal, en un niño, de nuevo, indefenso?".
Quizás sea hora de comprender que un Milei emperador no es gratis; viene con un precio desgarrador. Y que ahondar en estos caminos sólo seguirá erosionando a la democracia y nos terminará convirtiendo en una sociedad fallida.¿O es al revés y, para ser una democracia fallida, tuvimos que haber fallado antes como sociedad? No lo sé.
Lo único que sé es que no quiero que Moby Dick nos arrastre al fondo del mar. Que espero que el Capitán Ahab recobre su cordura -si es que alguna vez la tuvo-; y que no nos hundamos, todos, por culpa de quienes persiguen una mítica ballena blanca enceguecidos por el fanatismo, la obsecuencia, la conveniencia, el narcisismo, la locura o la necedad.