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El primero de los hechos que inspira esta nota sucedió el día 11 de este mes de agosto, aproximadamente a las 22 y 30, en una calle del Barrio La Paz, sudeste de la ciudad de Salta. Dos videos, filmados por cámaras de seguridad, muestran corridas de grupos de jóvenes. La secuencia tiene un final y fue un joven que intentó alejarse del tumulto en una moto, hasta que se encontró con otro, que se le puso enfrente y le asestó varias puñaladas en el tórax. Herida mortalmente la víctima pudo continuar su marcha por pocos metros, perdió el control de la moto y cayó pesadamente al suelo.
El agresor formaba parte de un grupo, autodenominado "La Cuadra", que integran otros jóvenes del nombrado Barrio La Paz, y de Progreso, que queda cerca. La víctima perdió la vida como consecuencia de las graves heridas que recibiera. El agresor y un hermano, que tienen 18 y 20 años de edad respectivamente, fueron detenidos por un grupo policial en Rosario de Lerma, donde se "aguantaban".
Zonas calientes
Fuentes policiales refieren que, tanto en el lugar del hecho como en la cercana cancha del Barrio Solidaridad, es frecuente el enfrentamiento de grupos antagónicos, debido al difícil contexto social de la zona, unido al consumo constante de alcohol y drogas.
Las mismas fuentes consultadas, después de este lamentable crimen, informaron que cuando se habla de contexto social, tienen números preocupantes. En la zona sudeste de la ciudad, especialmente en La Paz y en "Soli", en lo que va de este año 2025, la Policía de la Provincia tiene registradas 4985 intervenciones, por distintos motivos, tales como casos de incidentes callejeros con heridos, de violencia intrafamiliar y de desórdenes en la vía pública.
En el mismo sentido contextual, fuentes del Ministerio de Salud y del Sistema de Emergencias, informaron que éste último recibe diariamente veintidós llamadas por día de zona sudeste y en lo que va de este año, intervino en cuarenta casos de heridas de arma blanca en toda la ciudad.
Obviamente, el contexto tiende a hacer colapsar las limitadas estructuras policiales, en especial, la zona en la que están los barrios con más conflictos, que sólo es una más en un espacio territorial muy extenso.
En La Matanza
El otro hecho pasó el día 14 de este mismo mes de agosto, aproximadamente a las dieciocho horas, en la esquina de las calles Miró y Florio, de Villa Luzuriaga, La Matanza, Provincia de Buenos Aires. La señora Rita Mabel Suárez, casada, de 47 años de edad, había estacionado ahí su automóvil Renault Sandero. Tenía colocado el cinturón de seguridad. En el asiento del acompañante, estaba uno de sus hijos, de quince años de edad. Los dos esperaban que la otra hija saliera de una clase de canto, de una casa ubicada a una cuadra de la mencionada esquina.
Las cámaras de seguridad instaladas en las inmediaciones primero permiten ver desde atrás a tres individuos jóvenes caminando por una vereda. Uno viste prendas de color oscuro y los otros dos, de colores claros. Uno de estos últimos lleva algo en una de las manos. Otra cámara, desde más lejos, ya los ve en acción. Ya detectaron el auto, ya saben que hay una mujer al volante, ya avanzan hacia un blanco fácil. Se acercaron, dos del lado del conductor y el otro al frente del coche.
En un segundo, el que vestía ropa oscura, extrae un arma de fuego con la mano izquierda e inclinando el cañón hacia abajo, hace un solo disparo, que hiere a la conductora en un hombro y después le produce otras graves lesiones. La cámara no permite ver si la víctima hizo algún gesto que llevara al disparo; si bajó el vidrio; si les dijo algo o le dijeron algo. El ruido del disparo y los gritos del hijo pidiendo ayuda fueron atendidos por los vecinos, que llamaron a la policía, que llegó poco después y pidieron una ambulancia, que nunca llegó. La víctima debió ser llevada por un particular a la Clínica Cruz Celeste, en San Justo, donde falleció.
Como pasó más de una vez, estos sujetos huyeron corriendo de la escena del crimen sin llevarse nada. Parece que -como dicen los criminólogos- matar les dio sed y unas seis cuadras después, entraron a un super chino, compraron agua y uno de ellos pagó con billetera virtual. Rápidamente los investigadores supieron quién era y lo fueron a buscar a Rafael Castillo, donde vivía.
Parece que se separaron, porque otro sujeto llamó un Remis, que pagó con aplicación, y se hizo llevar al mismo barrio que su cómplice. Lo que se sabe es que los tres ya están identificados y dos, detenidos.
Política criminal y política social
Hasta aquí los hechos. Veamos que pasó después. Las autoridades locales anunciaron que como consecuencia del crimen de La Paz, la Policía de la Provincia crearía a la brevedad otra base de Drogas Peligrosas y de Investigaciones para la zona; se instalaría en el SUM -local destinado a actividades municipales- y procuraría mejorar la intervención en los temas de su incumbencia. Una vez más, el diagnóstico no es el mejor y pasa lo mismo con la respuesta. Esa disciplina poco conocida y tan necesaria, la Política Criminal, desde hace unos cuarenta años, ha instalado en occidente una idea fuerza: la mejor Política Criminal es la Política Social.
Llevar eso a la práctica supone un plan, que nunca hubo en el país ni en esta Provincia; sugiere un Estado presente, que haga pie en los lugares más conflictivos y traiga consigo un pack de medidas de contención social, de asistencia a los que más la necesitan, de psicólogos sociales dispuestos a escuchar y hacerse escuchar, de más y mejores lugares para escuelas, para el entrenamiento en artes y oficios, para la práctica de deportes, para encuentros musicales sin bebidas alcohólicas, para el primer trabajo, etc.
El poder de Espinoza
Qué decir de La Matanza, el gran elector. Primero los números fríos, de estadísticas oficiales. En los últimos doce años, los delitos aumentaron más del doble. Una comisaría recibe en promedio noventa denuncias por día. En lo que va de este año, se denunciaron 32.500 hechos distintos. El año pasado, se cometieron 155 homicidios, con armas de fuego en su mayor parte.
Pensaba en esos números cuando en uno de los noticieros de cable del lunes a la noche, hablando de la inseguridad en ese partido, el zócalo rojo decía "Tiembla Espinoza". Parece, pero no se sabe con un dirigente de este volumen. Cómo saber, si conduce el municipio más poblado del Conurbano Bonaerense desde el año 2005, primero en nombre de su jefe, Alberto Balestrini, y después, por su cuenta.
Fue electo en el año 2007 y reelecto en 2011. En el año 2015, bendijo a Verónica Magario, actual vice de Kiciloff y ganó ella, como vicaria. En el año 2023, volvió a ganar él, con el 54% de los votos. Hasta ahora, las balas no le entran. Por lo menos, las de la inseguridad ni su propia causa penal por un presunto abuso sexual. Imagine el lector la escasa influencia que tiene en sus seguidores la falta de cloacas, de toda clase de servicios, etc. Cada cuatro años, hay elecciones y no ha perdido ninguna.
Falta poco para el test de septiembre. El oficialismo apuesta al comisario retirado Maximiliano Bondarenko para dar batalla en ese lugar. Lo presentó en un acto en Villa Celina, con el presidente Milei en el centro de la escena.
Todo está por verse. Una muy buena síntesis del municipio está en el libro que hace poco escribieron Carlos M. Reymundo Roberts y Daniel Bilotta: "Territorio feroz, interminable, el megapartido de La Matanza es una expresión cabal -acaso la más dramática- del conurbano profundo, la vasta región donde el país se queda sin niveles mínimamente razonables de vivienda, salud, educación, trabajo, asfalto, agua, cloacas, electricidad, gas…"- "Conurbano Salvaje, etc.", página 25; Sudamericana; Buenos Aires, 2023-.