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Un sabio que dedicó su vida a las ciencias naturales

Lunes, 04 de agosto de 2025 01:32
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Miguel Lillo nació en Tucumán el 26 de julio de 1862 fue un científico naturalista reconocido por las universidades e instituciones académicas. Fue el creador del Instituto que hoy lleva su nombre, de fama mundial y vinculado a la publicación de algunas revistas.

Estudió en el Colegio Nacional de Tucumán, pero no continuó con estudios universitarios. Típico autodidacta, apasionado por temas científicos, especialmente los atinentes a la naturaleza. En 1888, publicó un ensayo sobre la flora tucumana. Tiempo después era ayudante y discípulo de Federico Schickendantz, químico y director de la Oficina Química Municipal de Tucumán. Lillo lo sustituyó en el cargo en 1892.

Naturalista que fue profesor de la Universidad Nacional de Tucumán y logró que la Universidad de La Plata en 1914, lo distinguiera con el título de Doctor Honoris Causa, por su importante aporte a las Ciencias Naturales. Tras enseñar química y física en el Colegio Nacional y en la Escuela Normal, desde 1914 dio cátedra en la Universidad Nacional de Tucumán. En 1918 se retiró del ejercicio de la docencia, si bien mantuvo el cargo honorario de director del Museo de Historia Natural de la Universidad de Tucumán.

Miembro de la Comisión Nacional de la flora argentina. Se empeñó también en ornitología, lingüística, literatura clásica, estudiando asimismo lenguas indígenas. Fue un competente fitogeógrafo. Con viajes realizados entre 1885 y 1916, le permitieron conocer la provincia de Tucumán. Recorrió gran parte de la República Argentina, desde Buenos Aires al norte.

Sobresalen sus viajes de reconocimiento botánico a las provincias de Córdoba y Santiago del Estero en 1885; a Cuyo en 1890 y 1891; a Buenos Aires y Santa Fe, de 1891 a 1902; a la provincia de Salta, en 1894; Chile, en 1895. Estuvo en Formosa, Chaco y la Mesopotamia argentina, llegando a la isla Martín García.

Recibió el Premio Francisco Pascasio Moreno en 1928. En diciembre de 1930, donó todos sus bienes a la Universidad Nacional de Tucumán. Tales bienes consistían, en un amplio terreno, una considerable suma de dinero, su extensa biblioteca, su colección zoológica y su herbolario constituido por más de 20.000 ejemplares de unas 6.000 especies distintas. Con tal donación la Universidad Nacional de Tucumán constituyó la Fundación Miguel Lillo, inaugurada en 1933. Falleció el 4 de mayo de 1931, a los 68 años. Su nombre se perpetua en Facultad de Ciencias Naturales e Instituto Miguel Lillo; Instituto Miguel Lillo y Fundación Miguel Lillo; Barrio Miguel Lillo en San Miguel de Tucumán; Parque forestal Miguel Lillo en la ciudad balnearia bonaerense de Necochea; y Complejo de mar Camping Miguel Lillo.

Legado bibliográfico

Dejó valorados libros de ciencias, titulados: "Notas ornitológicas". "Sobre la determinación de la glucosa en los vinos y en los productos de la industria azucarera", escrito junto a F. Schickendatz. "Flora de la provincia de Tucumán", 1888. "Sobre la existencia de una especie de heliocarpo en la Argentina", Tucumán y el interior de Córdoba, 1988. "Flores de Tucumán", herbario de M. Lillo, para la Exposición Universal Internacional de París, 1889. "Enumeración y descripción de las especies de animales indígenas con sus costumbres, daños y beneficios que ocasionan, más sus características", 1889. "El cultivo del ramio en Tucumán". "Enumeración sistemática de las aves de la provincia de Tucumán", 1902, Anales del Museo Nacional de Buenos Aires. "Fauna Tucumana, Aves", 1905, Haciendo conocer nuevas especies. Poseía la mayor colección de aves de su provincia, (Revista de Letras y Ciencias Sociales, Tucumán). "Contribución al conocimiento de los árboles en la Argentina", editado en 1909. "Un cambio curioso de sexualidad", Editorial Darwiniana, 1924. Hombre que merece ser conocido.

 

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