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El caos se desató en la intersección de Eduardo Arias y Mitre, en pleno centro de Orán. Personal de Tránsito municipal intentó secuestrar una motocicleta estacionada en una vereda, utilizada por una pareja que trabaja vendiendo comida en el lugar. La situación escaló rápidamente: entre gritos, empujones y reclamos, el dueño del rodado, en un gesto desesperado, prendió fuego su remera para impedir que se la lleven.
El episodio, registrado por vecinos y difundido en redes sociales, desató una ola de indignación. Las imágenes muestran el nivel de tensión y la falta de control en un operativo que, según testigos, pudo haber terminado en tragedia. “No había diálogo, solo gritos y amenazas”, contó una comerciante de la zona.
Este hecho no fue aislado. Los oranenses vienen denunciando desde hace meses abusos, agresiones y arbitrariedades en los controles de tránsito. Lo que debería ser una política de prevención y orden vial se transformó en momentos donde todo termina en agresiones entre el personal de tránsito y los ciudadanos.