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Este miércoles desde las 9 de la mañana, en la ciudad de Resistencia, arranca una de las instancias más determinantes del proceso judicial por el femicidio de Cecilia Strzyzowski la audiencia de cesura, donde se definirá la pena que deberán cumplir los integrantes del clan Sena tras haber sido declarados culpables por un jurado popular.
La etapa estará encabezada por la jueza Dolly Roxana Fernández en la Cámara Segunda en lo Criminal, y funcionará como un verdadero “mini juicio”, aunque con un objeto muy concreto: determinar cuál es la respuesta penal del Estado frente a cada uno de los condenados.
La ley es clara en el caso de los principales responsables. Por haber sido hallados culpables de homicidio doblemente agravado -por el vínculo y por violencia de género-, César Sena, Emerenciano Sena y Marcela Acuña se enfrentan a una única pena posible: prisión perpetua. Sin embargo, la audiencia no se limitará a repetir esa figura legal, sino que analizará en detalle las circunstancias de cada uno en la comisión del crimen.
La jueza escuchará, durante varios días, a la Fiscalía, las querellas y las defensas. Cada parte podrá presentar argumentos sobre agravantes, atentuantes y eventuales diferencias en el grado de responsabilidad. Según explicaron desde el Ministerio Público, se trata de una etapa técnica, pero no menor: “Aquí se define el alcance real del castigo”.
Además del núcleo principal del clan, la cesura alcanza también a los tres condenados por el encubrimiento del asesinato: Fabiana González, Gustavo Obregón y Gustavo Melgarejo. En estos casos, el debate será más complejo, ya que las defensas buscarán demostrar una participación secundaria o limitada para lograr una reducción de penas.
El caso de Melgarejo genera especial atención: es el único que llegó a esta instancia en libertad y su situación procesal podría modificarse tras conocerse la sentencia definitiva.
La causa llega a esta fase después de casi dos años y medio de investigación, marcada por peritajes, rastrillajes y pruebas clave. Entre ellas, los restos calcinados hallados en un campo de la familia Sena, a la vera del río Tragadero, fueron determinantes para reconstruir el recorrido de Cecilia y sostener que ingresó con vida al domicilio familiar y nunca volvió a salir.
Desde el equipo fiscal remarcaron que esta instancia no discute nuevamente la culpabilidad, ya resuelta por el jurado, sino que busca fijar la pena final: “Es el cierre jurídico del caso en primera instancia”, señalaron.
Una vez dictadas las condenas, todas las partes tendrán la posibilidad de recurrir a instancias superiores, por lo que se espera que el expediente continúe su recorrido en el sistema judicial durante los próximos meses.
Mientras tanto, en las afueras del tribunal se espera la presencia de organizaciones sociales y familiares, que volverán a movilizarse con un reclamo que atraviesa todo el proceso: justicia por Cecilia y una respuesta ejemplar frente a la violencia machista.