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El silencio de las montañas salteñas suele ser interrumpido únicamente por el murmullo de sus ríos, pero en esta época del año, ese sonido puede transformarse en una trampa mortal en cuestión de segundos. Lo que comenzó como una jornada de esparcimiento para un padre y su hijo, quienes se habían dirigido al río Iruya para pescar, estuvo a punto de convertirse en un desenlace fatal debido a la naturaleza indomable.
La geografía de Isla de Cañas es tan bella como exigente. Los ríos que nacen en las altas cumbres poseen una dinámica particular: las tormentas en las zonas de las nanchas o en las partes altas de la montaña suelen ser invisibles para quienes están río abajo. Así, un sol radiante en el lugar de pesca no es garantía de seguridad. El aumento sorpresivo del caudal de agua bajó con fuerza, transformando la tranquilidad del agua en un torrente infranqueable que dejó a ambos hombres atrapados en un islote, sin posibilidad de retorno a la orilla segura.
El rol vital de la tecnología
En otros tiempos, esta historia habría dependido exclusivamente de la suerte o del avistamiento casual de algún baqueano. Sin embargo, la conectividad moderna jugó un papel protagónico. En medio del aislamiento y ante la desesperación de ver cómo el agua ganaba terreno, los pescadores lograron enviar un mensaje a través de WhatsApp a un familiar.
Ese pequeño impulso digital fue el que activó la cadena de auxilio. Al recibir la alerta, el Destacamento Policial de Isla de Cañas inició un operativo de urgencia. No había tiempo que perder; el agua que sube rápido rara vez da tregua antes de alcanzar su pico máximo.
Una hora de tensión
Al llegar a la zona crítica, los efectivos se encontraron con un escenario complejo. La fuerza de la corriente hacía imposible cualquier intento de cruce a pie o mediante nado. Fue entonces cuando la experiencia en rescate en zonas de montaña de los policías se puso a prueba.
Durante una hora de intenso trabajo, los uniformados diseñaron un sistema de anclaje mediante la utilización de cuerdas de alta resistencia. El operativo requirió no solo fuerza física para luchar contra la presión del agua, sino también una precisión técnica para asegurar a los damnificados y traerlos de regreso a la zona de seguridad. Finalmente, tanto el hombre como su hijo fueron puestos a salvo, cansados y en estado de shock por la situación vivida, pero ilesos. “Este tipo de situaciones no son nuevas para quienes vivimos en zonas donde los ríos nacen en las montañas. Las lluvias, aunque sean en la parte alta, pueden hacer que el nivel de los ríos crezca en minutos, y es crucial estar atentos a las condiciones del agua”, explicaron desde la fuerza policial.
Un llamado a la precaución
Este incidente sirve como un recordatorio urgente para los salteños y turistas que frecuentan las zonas ribereñas. Los ríos de Salta son considerados traicioneros durante el verano; el fenómeno de las crecidas repentinas es una constante que no debe subestimarse.
Desde las fuerzas de seguridad insisten en que, antes de emprender una jornada de pesca o camping, es vital consultar los pronósticos meteorológicos no solo de la zona de destino, sino también de las altas cuencas, para evitar quedar aislados ante la furia del agua que baja de los cerros.