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25 de Junio,  Salta, Centro, Argentina
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Creyeron, invirtieron y terminaron estafados: los testimonios que revelan cómo operaba Generación Zoe en Salta

En una nueva jornada del juicio contra Leonardo Cositorto y sus socios, damnificados y testigos relataron cómo llegaron a confiar ciegamente en la promesa de educación financiera, robots de inversión y viajes “de éxito”.
Miércoles, 25 de junio de 2025 14:03
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Este miércoles continuó el juicio oral contra Nelson Leonardo Cositorto, líder de Generación Zoe, y los responsables de la oficina que la firma tenía en Salta, con testimonios que dejaron al descubierto el entramado de confianza, persuasión y frustración que vivieron muchos de los damnificados.

La audiencia se desarrolló en la Sala de Grandes Juicios del Poder Judicial de Salta, con un tribunal colegiado compuesto por los jueces Martín Pérez (presidente), Javier Aranibar y Leonardo Gabriel Feans.

Además de Cositorto, son juzgados Ricardo Gabriel Isaac Vilardel, Jorge Federico Vilardel, Ana Lucía de los Ángeles Vilardel y Vilma Griselda Albornoz, acusados por estafas reiteradas en 118 hechos y asociación ilícita.

Uno de los testigos más elocuentes contó que conoció a Zoe a través de las capacitaciones virtuales en coaching ofrecidas por la plataforma. Convencido por la aparente solidez del modelo, comenzó a invertir y a referir a otras personas, incluidos familiares. “Les hablaba de la rentabilidad y de la Universidad Zoe”, explicó en su declaración, refiriéndose al nombre de fantasía con el que la empresa promocionaba sus cursos.

Por cada nueva membresía que lograba a través de sus recomendaciones, recibía una comisión. Incluso participó de convenciones realizadas en Salta, Carlos Paz y hasta México, donde los asistentes no solo escuchaban propuestas de negocios, sino que disfrutaban de espectáculos con todos los gastos pagos, incluidos como incentivo en algunas membresías o premios para los “patrocinadores más activos”.

El testigo dijo haber invertido por primera vez en junio de 2021 en un “robot” del que recibió intereses y logró recuperar su capital tras siete meses. Sin embargo, no tuvo la misma suerte con reinversiones posteriores. Aunque admitió haber ganado más de lo que aportó inicialmente, terminó denunciando a Cositorto por “enojo” y “frustración”, además de la incertidumbre sobre el destino de su dinero restante.

Otro de los testimonios fue el de un empleado del Servicio Penitenciario, quien además de adquirir membresías y robots de inversión, compró 5 mil Zoe Cash, la criptomoneda lanzada por la empresa. El 8 de enero de 2022 realizó la operación y en los primeros días vio una leve suba en su billetera virtual. Pero en febrero, tras la difusión pública de las denuncias, la aplicación le mostró un saldo de “cero pesos”.

En la misma línea, otra testigo relató que invirtió el dinero de una indemnización. Compró una membresía en diciembre de 2021 y poco después fue persuadida para sumarse a la promoción de un robot. “Vi un apuro inusual por cerrar esa operación”, declaró. Luego, tras caer el esquema, se sintió “culpable” y “desatenta” por no haber advertido la maniobra.

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