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27 de Junio,  Salta, Centro, Argentina
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Testigos de la defensa aseguraron que invertir en Generación Zoe fue una decisión personal

Afirmaron que no se sintieron estafados y defendieron la legalidad de las inversiones.
Viernes, 27 de junio de 2025 14:08
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Este martes se reanudó en la ciudad de Salta el juicio oral y público contra Leonardo Cositorto, líder de Generación Zoe, y otros referentes de la organización en la provincia. La audiencia, desarrollada en la Sala I del Tribunal de Juicio, tuvo como protagonistas a testigos propuestos por la defensa, entre ellos familiares y conocidos de los imputados, quienes buscaron despegar a los acusados de una presunta estafa.

Además de Cositorto, están imputados Ricardo Gabriel Isaac Vilardel, Jorge Federico Vilardel, Ana Lucía de los Ángeles Vilardel y Vilma Griselda Albornoz, todos por los delitos de estafas reiteradas (118 hechos) y asociación ilícita en concurso real.

“Invertí porque quise y sabía que había un riesgo”

Uno de los primeros en declarar fue el hijo de Federico Vilardel, quien relató que comenzó invirtiendo mil dólares en julio de 2021, dinero que obtuvo tras vender una moto. Contó que accedió también a cursos de trading y coaching ontológico que ofrecía la denominada “universidad de Zoe”, y que llegó a cobrar un interés mensual del 7.5% en algunas oportunidades.

Ante la consulta del tribunal, reconoció que no tenía documentación que respalde esas operaciones, pero aseguró que todo se gestionaba a través de la plataforma online de Zoe, que permitía ver el porcentaje de rentabilidad, registrar extracciones y acceder a capacitaciones.

Además, mencionó que calificó junto a un primo para asistir a clases presenciales en Buenos Aires, pagando una cuota mensual de 100 dólares con ayuda de su padre. Como parte del “paquete” educativo, la empresa les ofrecía estadía gratuita en un monoambiente en Caballito, donde convivían con estudiantes de otras provincias y deportistas. También contaban con descuentos en gimnasios, barberías y restaurantes.

Sobre la formación recibida, indicó que las clases estaban dictadas por “traders rentables”, aunque no supo precisar si el título tenía validez oficial. Dijo haberse sorprendido cuando comenzaron los problemas judiciales en Córdoba, ya que “hasta ese momento todo funcionaba con normalidad”.

“No fuimos estafados”

Luego brindaron testimonio otros familiares y allegados de la familia Vilardel, quienes también invirtieron en Generación Zoe. En sus declaraciones, coincidieron en que tomaron la decisión a sabiendas del riesgo que implicaban ese tipo de negocios, y por eso nunca radicaron denuncias.

Sostuvieron que no hubo intención de estafa por parte de Cositorto ni de los Vilardel, y que el escándalo mediático provocó un efecto dominó que terminó perjudicando a muchos inversores. Sobre el cierre de la oficina en Salta, explicaron que fue por cuestiones de seguridad, ya que en otras provincias se habían registrado episodios de violencia.

También afirmaron que, según su experiencia, los Vilardel eran simples empleados y que todas las decisiones importantes eran tomadas por Cositorto, fundador de Zoe.

El juicio sigue

La causa es seguida con atención en todo el país por la magnitud del escándalo y el número de damnificados. El tribunal está integrado por los jueces Martín Pérez (presidente), Javier Aranibar y Leonardo Gabriel Feans, quienes continúan recibiendo testimonios tanto de la fiscalía como de la defensa.

En las próximas audiencias se espera que declaren más denunciantes y peritos, y que se incorporen nuevas pruebas sobre el funcionamiento de la organización y el destino de los fondos.

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