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Lo que al principio parecía un procedimiento de rutina terminó destapando un escándalo institucional. Un productor que circulaba por la Ruta 5 aseguró haber sido obligado a detenerse en un supuesto control policial. Al hacerlo, fue despojado de una suma millonaria. Tras su denuncia, los investigadores recorrieron el lugar junto a la víctima y dieron con tres policías que se encontraban haciendo un control vehicular.
Para sorpresa de todos, se trataba de dos hombres y una mujer, efectivos en actividad de la Infantería de Pichanal, vestidos de uniforme pero fuera de servicio. Ninguno pudo justificar la presencia allí, y al consultar con la Jefatura se constató que no existía ninguna orden oficial para desplegar controles en ese tramo de la ruta.
Una ruta bajo sospecha
La Ruta 5, que conecta Pichanal con Lumbreras, es conocida como un corredor estratégico del narcotráfico en el norte salteño. Su tránsito constante de camiones y vehículos particulares la vuelve un punto sensible para la seguridad provincial. Por eso, la aparición de un control fantasma en ese lugar despertó sospechas.
Ya el jueves, este medio había informado que los tres uniformados iban a ser apartados de la fuerza por decisión de la Jefatura de Policía, que consideró la maniobra como una falta “gravísima e inadmisible”. Ahora, con la denuncia del productor y la sospecha de que ellos serían los autores del robo millonario, el caso tomó aún más relevancia.
Apartados y bajo proceso judicial
Los tres policías permanecen detenidos y a disposición de la justicia, mientras la fiscalía avanza en la investigación para definir si efectivamente fueron quienes perpetraron el asalto. Si se comprueba su participación, no solo enfrentarán un proceso penal, sino también la exoneración definitiva de la fuerza.
“Un control no autorizado en un corredor narco es un hecho de extrema gravedad. No es un error administrativo: mina la confianza en la institución”, señaló una fuente judicial a la que accedió este diario.