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Quien recorra la ruta que une los pueblos de Pocho y Minas en Córdoba encontrará al costado del camino un monolito que recuerda a un médico salteño ya fallecido, que prestó servicios en ambas localidades. Tiene una frase grabada que dice: "En Memoria de un Gran Hombre".
Quien recorra los claustros de la cirugía europea, verá que una de sus más importantes sociedades científicas está presidida por otro médico salteño.
Quien ahonde en los actos administrativos de la Provincia verá que hubo un abogado que ejerció su cargo de Ministro en forma "ad honorem", es decir sin cobrar un solo peso por su desinteresada entrega.
Quien recorra las heladas tierras de Wisconsin, en los Estados Unidos, verá que allí está radicado un pujante productor agrícola argentino desde hace más de 50 años.
Todas esas historias tienen un tronco común, la Promoción de 1969 del Colegio Belgrano, que hoy a las 10,30 redescubrirá en ese establecimiento educativo de Salta una remozada placa recordatoria de aquella generación de estudiantes.
Se reunirán, 55 años después de su egreso como bachilleres, con un mar de vivencias personales y familiares sobre el camino recorrido.
El reencuentro tendrá ausencias que se harán sentir entre compañeros de aquella Promoción que entregó a Salta jueces, abogados, médicos, ingenieros, odontólogos, contadores, empresarios, cantores, poetas y un entrañable Papá Noel que en vida supo alegrar la Navidad de infinidad de niños pobres.
"El árbol se conoce por sus frutos", expresa una profunda paremia bíblica (San Mateo 7:16-20). Y sus vidas, como ellos mismos lo remarcaron en la convocatoria del ansiado reencuentro, "fueron los frutos de un árbol llamado Colegio Belgrano".
Esta noche compartirán una cena de camaradería en Soho y mañana volverán a encontrarse en la casa de uno de ellos, en La Rioja al 700, para seguir destapando el nostálgico cofre de los recuerdos con una tamaleada y empanadas salteñas.
Con el devenir del tiempo, que tranquiliza las almas y blanquea las sienes, los compañeros del secundario siguen tan unidos como aquellos memorables años de estudios, cuando tenían sueños juveniles, en las aulas centenarias.
Uno de los integrantes de la Promoción de 1969 compuso una zamba que evoca a su querido Colegio Belgrano y cuyo prólogo, en forma de soneto, resume el sentir que los une con lazos de amistad endelebles desde hace seis décadas:
Los que buscan en vano sin hallar el regreso...;
los que gozan a diario de aquel patio querido...;
los que viven en Salta pero siempre están lejos…;
los que están con nosotros aunque ya se hayan ido…;
Al unísono todos cantaremos asidos,
esta zamba aprendida como el abecedario
y que nos atraviesa como si fuera un hilo
y nosotros las cuentas de un humano Rosario.
Unidos en el canto; compañeros de estudio;
y enlazadas las almas con floridos arpegios,
nos darán las bordonas tras un grato preludio,
imborrables recuerdos de un ilustre Colegio.
íLiberemos al viento; mis queridos hermanos;
la zamba que cantamos al Colegio Belgrano!