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El caso de Lourdes Fernández, integrante del grupo musical Bandana, encendió las alarmas sobre cómo la violencia de género puede operar incluso sobre mujeres con reconocimiento público. La denuncia de su madre por desconocer su paradero desde el 4 de octubre derivó en un operativo que permitió rescatarla del domicilio de su expareja, Leandro García Gómez, hoy detenido e imputado por privación ilegítima de la libertad. Especialistas en violencia de género de Salta aportaron sus análisis. Durante 2024 se registraron 29 mil denuncias por violencia de género en Salta, según datos del Observatorio de Violencia contra las Mujeres de Salta (OVcM).
"Seguimiento integral del riesgo"
La directora del (OVcM), Ana Pérez Declercq, explicó que: "El caso nos permite hablar sobre la importancia de la denuncia, porque Lourdes ya había denunciado. La denuncia debe considerarse un punto clave, privilegiado, para poder gestionar el conflicto".
Y subrayó que más allá de las medidas de protección, lo que se requiere un seguimiento integral del riesgo.
"Con este seguimiento me refiero a que hay que articular con esas redes de apoyo, con esas amigas, familias. Quien recibe la denuncia es la Justicia y ésta no solamente tiene que tomar medidas de protección sino que tiene que articular con servicios sociales, con la Policía y con las redes de apoyo", precisó.
Además, destacó que "a quien comete la agresión, se lo notifica a que se abstenga de ejercer actos de violencia pero no se lo monitorea, ni se lo continúa asesorando y acompañando para que no vuelva a cometer otra agresión. Y eso es fundamental. Y si existe un consumo problemático, también hay que abordarlo".
"En Argentina y en Salta, no existe una red estatal amplia para abordar consumos problemáticos, y los espacios que había se están reduciendo. En casos de violencia de género con consumo problemático, no hay un dispositivo adecuado ni con suficiente personal ni con articulación interdisciplinaria", precisó.
Y remarcó que hay que acompañar a la víctima ya que el botón antipánico pone la responsabilidad sobre ella, para que ella misma se proteja.
Declercq manifestó que: "Leandro García Gómez, quien agredió y privó de su libertad a Lourdes, tiene un comportamiento de control, de tener encerrada, de castigar físicamente a su pareja, pero ese comportamiento tiene una antesala: cuando los varones interrumpen a las mujeres en una conversación, cuando controlan cómo se visten y quiénes son sus amigas y adónde salen, cuando las protegen porque las consideran más débiles. Y por ahí todas y todos estamos viendo en un compañero de trabajo, en un amigo este tipo de comportamientos. Entonces, es necesario empezar a involucrarnos más y cuestionar ese control sobre las mujeres, que es lo que tenemos que empezar a cambiar."
"Todavía se sigue juzgando a las víctimas"
Desde una perspectiva antropológica, Florencia Soraire, doctora en Antropología, investigadora independiente y feminista, manifestó:
"Este caso me hizo acordar al triple narcofemicidio y al modo en que se instala la idea de las 'buenas' y las 'malas víctimas'. Todavía circula ese pensamiento de que una mujer 'se lo buscó', o de que hay algo que hizo para merecer el golpe o el encierro, y se cuestiona por qué no se fue de ahí, por qué no dejó a su pareja, por qué volvió con él", expresó.
Soraire señaló que, a pesar de la existencia de leyes, de la Educación Sexual Integral (ESI), información y de un movimiento feminista activo, persisten estereotipos que culpabilizan a las mujeres.
"Eso es una muestra del nivel educativo en conciencia de género que tiene nuestra sociedad", hizo hincapié.
La especialista también destacó el rol histórico de las mujeres cuidadoras, de las redes de mujeres que sostienen y acompañan, que alertan y no naturalizan la violencia de género, en un contexto donde muchas veces el Estado no llega.
"Hay una frase que dice 'a mí me cuidan mis amigas'. Y es real y esto se va a ver mucho en lo que sería el feminismo de la última ola que es la que estamos viviendo. En el caso de Lourdes, fueron su madre y sus amigas quienes denunciaron y son la red que la está cuidando. Hubo una mamá que pudo accionar por más que Lourdes se enoje tal como dijo. Sabía que su hija en cualquier momento iba a aparecer muerta, porque no naturalizó nunca lo que la hija vivía".
También señaló la responsabilidad de los varones. " Tienen que romper esa complicidad machista de tratar a las mujeres desde un lugar de superioridad, de dejar de compartir fotos de las chicas desnudas, de repetir chiste misóginos. Hay un montón que trabajar con los varones", finalizó Soraire.