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Con coplas reciben los andinos a los difuntos familiares en las mesas de sus casas. Se sientan a comer, comparten los alimentos, las bebidas y todo lo que al familia fallecido le gustaba en vida. Al mediodía se irán a los cementerios y al regreso comenzarán a repartir todas las ofrendas que estaban en la mesa.
La familia Camino, recibió a El Tribuno en su vivienda de barrio Autódromo. Una casa de barrio en donde la energía primera se siente, un clima de tenue, con muchas sombras, no triste ni tenebroso; sino más bien de respeto a los familiares que ya no están en esta vida. Luego todo irá cambiando.
"Qué linda es la palma
que está en el palmar
más linda es el alma
que se va a salvar"
Los hermanos de Asunción Camino están juntos desde hace varios días para esta fecha clave en la Chakana en donde la vida de los vivos se juntan con las de los muertos. Dos planos superpuestos en donde el entendimiento occidental casi no lo puede comprender.
Un comedor acondicionado para recibir a los muertos, una mesa contra la pared en donde hay panes con formas de animales, de cruces, de escaleras y comidas exquisitas dispuestas para los familiares difuntos. Pero también hay de todo lo que le gustaban a los que se fueron. Hay hojas de coca, mucha chicha, empanadas fritas, locro, un chancho horneado, piezas enteras de quesos de vaca y cabra, chocolates, budines de navidad, latas de conservas, frutas, gaseosas y todo regado con pochoclos.
En ese comedor, sin luz artificial y con las ventanas semicerradas durante toda la mañana se cantaron coplas en un tono constante, calmado e invariable.
"Ángel de mi Guarda
nunca permitáis
que viva ni muera
en pecado mortal".
A las tradiciones las trajeron desde Santa Victoria Oeste, del paraje San Marcos, cerca de Nazareno. Todos los hermanos Camino conservan las viejas tradiciones ancestrales de recibir la visita de los santos difuntos.
"Todas las coplas que cantamos puede decirse que son tristes. Esto es desde Semana Santa hasta hoy. Ahora nos vamos al cementerio a despedirnos de nuestros familiares muertos, a agradecer por este tiempo compartido y luego volvemos a repartir las ofrendas. A partir de la tarde las coplas van a cambiar de tono, de ritmo y de temáticas. Ahora comenzamos la parte más feliz del año, que se extenderá hasta el Carnaval. Se fueron las quenas y vienen los erkes", dijo Luisa Camino.