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Muchas personas asocian la arquitectura únicamente con planos o con la etapa visible de una obra. Sin embargo, elegir a un arquitecto es, ante todo, elegir a un profesional formado para pensar el proyecto antes de construirlo. Detrás de cada espacio bien resuelto hay decisiones que no se ven: cómo se habita, cómo se circula, cómo entra la luz, cómo se ventila, cómo envejece una vivienda con el paso del tiempo.
El arquitecto tiene formación universitaria, incumbencias legales específicas, obligaciones éticas y responsabilidad civil y profesional sobre cada decisión que toma. Su trabajo no comienza en la obra, sino mucho antes: en el proyecto. Es en esa etapa donde se anticipan problemas y se toman decisiones que evitan gastos innecesarios, errores costosos y soluciones improvisadas. Optimizar recursos significa usar mejor el dinero disponible: definir correctamente las superficies, elegir materiales adecuados, reducir desperdicios, evitar rehacer trabajos y prever el crecimiento futuro de la vivienda. Todo eso se traduce en seguridad, calidad de vida y ahorro real.
La arquitectura no se ejerce de manera aislada ni improvisada. Forma parte de un entramado social donde cada intervención tiene impacto en otras personas y en el entorno. Por eso el ejercicio profesional se desarrolla dentro de un marco legal y con el acompañamiento de una institución que ordena, regula y fortalece la práctica: el Colegio de Arquitectos de Salta, un espacio construido por y para arquitectos, humano, diverso e imperfecto, que crece y se transforma con la participación de sus matriculados. Involucrarse en él no es una obligación, sino una necesidad colectiva para cuidar el ejercicio profesional, fortalecerlo y sostenerlo en el tiempo con reglas claras y responsabilidad compartida.
Diseñar no es improvisar. El diseño es la columna vertebral de la formación del arquitecto: es allí donde aprende a pensar antes de hacer, a leer el entorno, a anticipar escenarios y a transformar necesidades en soluciones habitables. El proyecto es la instancia mas importante de una obra, es donde se definen cuestiones esenciales como el funcionamiento de los espacios, su relación con el clima y el lugar, el confort, la durabilidad y la seguridad. Está comprobado que una vivienda proyectada por un arquitecto puede lograr hasta un 30% de optimización en aspectos clave como la orientación, la ventilación, la iluminación natural y la elección de materiales, lo que se traduce en mayor confort, menor consumo energético y mejores resultados a lo largo del tiempo.
El rol del arquitecto no termina en la vivienda individual. Cada obra construye ciudad, moldea el paisaje urbano y define la manera en que las personas habitan su territorio. En ese sentido, el Colegio de Arquitectos de Salta amplía su acción a través de la FUNDACAS, la Fundación del Colegio de Arquitectos de Salta, que cumple un rol clave en el fortalecimiento profesional mediante la formación continua, trabajos de consultoría e investigación, convenios institucionales y generación de empleo para arquitectos.
Porque no se trata solo de construir espacios. Se trata de construir tranquilidad. Y eso no debería dejarse al azar.