inicia sesión o regístrate.
Federico Penelas, doctor en Filosofía por la Universidad de Buenos Aires, investigador del CONICET y dramaturgo, se encuentra en Salta invitado por la Escuela de Filosofía de la Facultad de Humanidades de la UNSa. En el marco de su visita como jurado en un concurso académico, participará esta tarde, desde las 19.30, en la charla "Encrucijada de la cultura en tiempos del libertarianismo", que se llevará a cabo en el SUM de la Usina Cultural. Compartirá panel con los filósofos Ángel Ruidrejo y Javier Yudi. La actividad es coordinada por Jorge Coraita.
La propuesta es reflexionar en torno al lugar que hoy ocupan el arte, la investigación y la universidad en un contexto donde adquieren visibilidad discursos políticos que cuestionan su sentido y función. En diálogo con El Tribuno, Penelas sostuvo que se trata de "pensar colectivamente los desafíos que entraña una mirada política que se ha denominado a sí misma como anarcocapitalismo o libertarianismo, que hoy tiene espacios de poder importantes en la Argentina".
Según explicó, esa corriente pone en tela de juicio no sólo el financiamiento público de las actividades culturales y científicas, sino también su legitimidad dentro del entramado social. "Hay una mirada de que todo ese campo es o bien inútil, o bien peligroso. Esto segundo es aún más grave, porque los que son considerados inútiles no necesariamente son perseguidos, pero los que son considerados peligrosos, sí", advirtió.
Penelas, que también integra la comunidad teatral, señaló que este tipo de discursos afecta a todo el ecosistema cultural. "No se trata sólo de discutir si el Estado debe o no financiar, sino de revisar qué lugar ocupan estas prácticas en la sociedad, qué argumentos existen para deslegitimarlas y cómo podemos responder desde nuestros espacios con argumentos sólidos", planteó.
Más que plata
Consultado sobre el componente económico de la discusión, Penelas diferenció dos niveles. "Hay un discurso más economicista, que plantea que estas actividades deben dejar de sostenerse con recursos estatales. Se argumenta que son poco útiles o que podrían ser financiadas por el sector privado", indicó. Pero remarcó que, en un país sin tradición de inversión privada fuerte en ciencia o cultura, eso no es viable como única alternativa.
A su vez, señaló que hay otro plano, más ideológico, con implicancias de mayor alcance. "El presidente (Javier Milei), en su discurso de Davos del año pasado, habló de ciertos ítems como el feminismo o el cambio climático como obstáculos para su modelo de sociedad. Y ubicó a las universidades como espacios donde esas ideas se generan y difunden", señaló.
"Entonces no estamos sólo ante un debate sobre recursos, sino también sobre qué contenidos se validan o marginan en la esfera pública. Eso introduce un elemento nuevo. No es habitual en democracia que se planteen de manera tan explícita restricciones sobre ciertas líneas de pensamiento desde el Ejecutivo", agregó.
Redes
En relación con el rol de las redes sociales, Penelas apuntó que los modos de circulación de la palabra cambiaron radicalmente y que el campo cultural aún no ha logrado adaptarse. "En esas plataformas predomina un discurso virulento, emocionalmente desapegado, donde se instala una lógica de ataque. Y ese tono es el que se impone", explicó.
Reconoció que, si bien quienes sostienen estas posiciones forman un grupo reducido, tienen influencia significativa. "Es un sector pequeño, pero que incide sobre quienes luego forman opinión. Así se consolidan ciertos mitos difíciles de desarmar", sostuvo.
Apoyos contradictorios
¿Por qué este discurso tan agresivo no genera una reacción proporcional en la sociedad? Para Penelas la respuesta es compleja: "No creo que la mayoría de la sociedad adhiera a esas ideas, pero sí veo que no hay una respuesta frente a ellas". Observó además una contradicción entre las figuras que gozan de apoyo y las políticas que proponen: "Hay encuestas que muestran que, aunque una parte importante de la ciudadanía apoya al presidente, cuando se le pregunta por medidas concretas como la privatización de YPF o el ajuste en salud y educación, no las respalda".
Esta disociación, dijo, pone en evidencia una dificultad para entender cómo operan las nuevas formas de construcción de sentido en el espacio público. "Buena parte de quienes integramos el mundo de la cultura no terminamos de comprender cómo incidir eficazmente en la conversación pública atravesada por redes. Y eso también hay que pensarlo colectivamente", señaló.
Esta tarde, tras la exposición de Penelas y Ruidrejo, será el filósofo Javier Yudi presentará los resultados de una encuesta sobre las percepciones de jóvenes de 16 a 18 años de la ciudad de Salta sobre temas sociales, políticos y culturales.