San Roque nació en Montpellier, Francia, y dedicó su vida a asistir a los enfermos de peste en Italia. Según la tradición, bastaba con que trazara la señal de la cruz para que muchos se curaran. Él mismo cayó enfermo y, lejos de buscar compasión, se aisló en una caverna, donde un perro lo alimentaba milagrosamente. Ese vínculo lo convirtió también en patrono del “mejor amigo del hombre”.
La devoción en Salta
En Embarcación, el 16 de agosto es una fecha marcada en el calendario. Allí, la antigua imagen traída desde Francia por Catherine Mognan de Vuistaz dio origen a la elección de San Roque como patrono en 1935. Desde entonces, cada año se organiza la tradicional peregrinación náutica por el río Bermejo, un recorrido de 25 kilómetros único en la región.
En Aguas Blancas, las fiestas patronales reúnen a la comunidad con misa central, procesión y desfile cívico, acompañados de actividades culturales y deportivas.
Cachi y La Caldera
En Cachi, el paraje Escalchi celebra con fogones, fuegos artificiales, panes benditos y hasta un colorido desfile de mascotas.
También en La Caldera, las actividades religiosas se mezclan con propuestas recreativas y culturales, que hacen de la jornada una verdadera fiesta popular.
Un culto que no se apaga
A lo largo de los siglos, la devoción a San Roque se multiplicó en Europa y América. Sus fieles lo invocan contra las epidemias y como protector de quienes cuidan la salud. En Salta, como cada agosto, la fe se mezcla con la cultura y la tradición, recordando a un santo que supo transformar el dolor en esperanza.