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La llegada de los peregrinos de la Puna es todo un acontecimiento en el caso céntrico de la ciudad. Los más de 11 mil fieles arribaron con la custodia de la Policía Vial de la provincia.
Con sus sirenas, los uniformados de la motorizada le abría paso a la gran caravana, pero tuvieron que hacerse a un lado cuando llegaron a la intersección de Urquiza y Buenos Aires. En esa esquina, los de la provincia intentaron continuar con la peregrinación, pero los municipales no lo permitieron.
Testigos en el lugar aseguran que los de la motorizada casi que suplicaron continuar, pero los de tránsito se pusieron firme y les dijeron que los peregrinos continuarían su caminar hasta la Catedral ya sin la custodia ni sirenas.
Algunas personas también expresaron su malestar por la decisión de los uniformados municipales.
De este modo, y con el monseñor Dante Bernacki a la cabeza, los peregrinos de la Puna avanzaron por calle Buenos Aires que, a su vez, tenía a muchas personas agolpadas en las veredas.