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9 de Septiembre,  Salta, Centro, Argentina
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Milagro de Salta: la historia de la fe que nació tras un terremoto y convoca a miles de peregrinos

La Fiesta del Milagro, que se celebra cada septiembre en Salta, tiene más de 330 años de historia. Su origen se remonta a los temblores de 1692 y hoy es una de las manifestaciones religiosas más masivas de la Argentina.
Sabado, 06 de septiembre de 2025 17:14
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Cada mes de septiembre, Salta se convierte en el epicentro de una de las celebraciones religiosas más convocantes de la Argentina: la Fiesta del Señor y la Virgen del Milagro. Casi un millón de fieles participan de la procesión central, entre ellos miles de peregrinos que llegan caminando desde los puntos más lejanos de la provincia, atravesando cerros, ríos y climas extremos para renovar su fe y estar frente a los piés de los santos patrnos.

Los orígenes del Milagro

La tradición del Milagro se remonta a los primeros años de la ciudad de Salta. Tras la fundación en 1582, el obispo fray Francisco de Victoria envió desde Europa una imagen del Cristo Crucificado destinada a la iglesia matriz. Junto con ella, se despachó otra talla de la Virgen del Rosario para Córdoba.

Ambas imágenes aparecieron misteriosamente flotando en 1592 frente al puerto del Callao, en Perú, y fueron trasladadas a sus destinos por orden del virrey. El Cristo fue recibido en Salta con honores, pero quedó guardado durante décadas en la sacristía de la iglesia.

Cien años después, en 1692, la imagen de la Inmaculada Concepción de María, que más tarde sería conocida como la Virgen del Milagro, se encontraba a tres metros de altura en un nicho del retablo del Altar Mayor. Según cuenta la historia, el 13 de septiembre de ese año, luego de varios temblores devastadores que azotaron la ciudad de Esteco y fueron fuertemente sentidos en Salta, la imagen apareció en el suelo, intacta en su rostro y manos, pero con la cara parda. Ante este suceso, la imagen fue trasladada a la casa del alcalde Bernardo Diez Zambrano, donde se realizaron oraciones durante toda la noche.

Al día siguiente, el 14 de septiembre, la imagen fue colocada en el exterior de la Iglesia Matriz, y fue entonces cuando los cambios en su rostro continuaron, lo que causó que los fieles comenzaran a llamarla “Virgen del Milagro”. Este fue el inicio de una devoción que marcaría la vida de los salteños, quienes no abandonarían jamás el culto hacia esta imagen.

De acuerdo con la tradición, el padre jesuita José Carrión recibió una revelación: el Santo Cristo Crucificado de la Iglesia Matriz, que hasta entonces no recibía devoción, habría intercedido para salvar a Salta, a petición de la Virgen del Milagro. Con este mensaje, los padres jesuitas decidieron liberar la imagen del Santo Cristo, llevándola a la plaza frente a la iglesia. Los salteños, en procesión, rogaron que cesaran los temblores, y finalmente, los movimientos sísmicos cesaron. La calma regresó el 15 de septiembre, y fue entonces cuando comenzó a hablarse del "Milagro".

La primera procesión y su evolución

La primera procesión del Milagro recorrió las calles alrededor de la plaza principal de Salta. Con el tiempo, el itinerario se amplió para incluir distintos templos de la ciudad. Durante años se realizó de noche, iluminada por velas, hasta que el crecimiento masivo de la convocatoria obligó a trasladarla a horario diurno.

Hoy, más de 330 años después, la procesión central del 15 de septiembre reúne a autoridades religiosas, civiles y a cientos de miles de fieles que acompañan las imágenes del Señor del Milagro y la Virgen del Milagro en un clima de profunda devoción.

Las peregrinaciones: un caminar de fe y devoción 

Uno de los aspectos más conmovedores del Milagro es la peregrinación. Miles de salteños y habitantes de provincias vecinas recorren entre ocho y diez horas diarias durante varios días para llegar a la capital. Lo hacen cargando imágenes, banderas y estandartes, y acompañan la caminata con rezos, cantos y bailes.

Los peregrinos de la Puna, que enfrentan el sol abrasador, las lluvias o la nieve, se convirtieron en un símbolo de entrega y sacrificio. Para ellos, la llegada a la Catedral Basílica y el encuentro con el Cristo y la Virgen es la culminación de un camino de fe que se transmite de generación en generación.

El Milagro hoy

Tras los años de pandemia y restricciones, la Fiesta del Milagro recuperó su plenitud popular, reafirmando su lugar como una de las expresiones religiosas más grandes del país. Con una historia que mezcla hechos históricos, fe y tradición, cada septiembre Salta revive el compromiso de sus antepasados: “Tú serás nuestro protector perpetuo y nosotros seremos tus fieles devotos hasta el fin de los tiempos”.

 

 

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