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No estuve en el 15-M, pero estuve en el 15-O

Martes, 18 de octubre de 2011 00:25

Eso sí, el 15-M fue español, pero esta vez el mundo acompañó a los indignados en un movimiento global contra “el sistema”. Y yo lo viví desde Madrid, específicamente desde la mitad del recorrido de su marcha entre la plaza de Cibeles y la plaza Sol, el corazón de la capital española.

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Eso sí, el 15-M fue español, pero esta vez el mundo acompañó a los indignados en un movimiento global contra “el sistema”. Y yo lo viví desde Madrid, específicamente desde la mitad del recorrido de su marcha entre la plaza de Cibeles y la plaza Sol, el corazón de la capital española.

Los cantos me contagiaron un poco y también alcé las manos de manera sincronizada con la masa interminable de gente. Hasta me reí con el ingenio de algunas canciones. Como el de la siguiente: “Un banquero se balanceaba sobre la burbuja inmobiliaria, como veía que no se caía fue a llamar a otro banquero; dos banqueros se balanceaban....”.

Sin embargo, todo el tiempo rondaron muchas incertidumbres: ¿qué es lo que proponen? Considerando que en noviembre hay elecciones en el país, ¿a quién votarán?; ¿quién los representa?

Sí, recuerdo el “no les votes”, y también recuerdo que el PP tiene prácticamente la victoria asegurada. Al menos ahora sabré que esas miles de personas -y seguramente una más por cada una de ellas- no irán a las urnas con convencimiento: “El PP privatiza, el PSOE autoriza”, “PP, PSOE, todos son la misma m...”, cantaban y lo dejaban en claro. De a poco, algunas preguntas se iban resolviendo.

Marisa, una jubilada de Madrid también me lo dejó en claro al adelantar que votará en blanco, o tal vez a algún partido más chico. Actualmente desocupada, decidió salir el sábado a reclamar por “una economía más cooperativa y menos competitiva”. Como Marisa, había otros cientos de jubilados, algunos de ellos incluso encabezando la marcha con las pancartas principales. Había también familias completas, con niños pequeños a los hombros. Hasta los turistas se mezclaban en la multitud de los indignados. Pero sobre todo, había jóvenes. Miles de ellos que pedían una “redistribución más equitativa” de las riquezas y trabajo: “Tengo una carrera pero como mortadela”, decía uno de ellos.

Incertidumbres compartidas

De la plaza de Sol no fui la única en irme asombrada por la importancia de la manifestación. Y tampoco la única que se fue con preguntas.

Jorge Fernández, un filósofo argentino que también presenció el movimiento, no pudo evitar la comparación con nuestro 2001 y sus puntos en común: “Fue una reacción de la clase media no en contra de un gobierno, sino en contra de un sistema (el sistema capitalista), además de que se trató de una crisis que se fue ahondando”.

Ahora bien, para Fernández la pregunta es “¿qué tipo de representación le puede dar continuidad al sistema?” . Pues, en su opinión, hay “una clara falta de liderazgo y los partidos políticos actuales no logran convertirse en representantes”. “Se trata de un gran desafío para la democracia”, reconoció.

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