Un cuento. El hombre apretó el botón de encendido de la compu y esta no respondió. Revisó una y otra vez sus llaves, pero no había caso. Constató que los vecinos tenían el servicio y entonces lo que pensaba ocurrió. Le habían hecho el temido corte. Se había olvidado de pagar una boleta, mejor dicho le había quedado sandwiche, o sea, pagó la del mes siete y no abonó la seis, lo que provocó que esa mañana Edesa le cortara el servicio. Hechas la diligencias, tenía que esperar que en un plazo de 24 horas le restablecieran el servicio. Cuando el hombre volvió de trabajar, a la noche, todo seguía igual. Entonces aprovechó la situación y comenzó a cantarle a la esposa: “Y todo a media luz/ que es un brujo el amor/ a media luz los besos / a media luz los dos / Y todo a media luz / crepúsculo interior / ¡Qué suave terciopelo/ la media luz de amor! En esos menesteres románticos andaba y cuando todo era pasión, de repente... chan chan.., se encendieron las luces de la casa y se acabó la inspiración amorosa. Eran las 2.30 de la madrugada cuando los changos trasnochadores de Edesa se apiadaron de ese hombre, que soy yo. ¡No te va a da rabia! Esta noche pruebo de nuevo y le dire a ella: “Juguemos a que Edesa nos cortó la luz”. Como dice el dicho: “Al mal tiempo, buena cara”. 

 

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