Fue un claro reclamo: el cambio. Y llegó de manos de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner justo en el centro de las Naciones Unidas, cuya presidencia quedó por un mes en manos de la Argentina.
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Fue un claro reclamo: el cambio. Y llegó de manos de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner justo en el centro de las Naciones Unidas, cuya presidencia quedó por un mes en manos de la Argentina.
Al hablar ayer en el debate abierto del Consejo, la mandataria argentina pidió reformular el funcionamiento del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y reclamó a sus miembros cumplir con las resoluciones del organismo multilateral.
También reafirmó su voluntad de seguir “considerando el rol de las organismos regionales y subregionales, explorando acciones para fortalecer las relaciones bilaterales entre las Naciones Unidas y estas asociaciones”.
Pero la jefa de Estado dobló la apuesta y remató: “El Consejo de Seguridad sigue con la lógica de la guerra fría”. “Frente a una nueva realidad y nuevos problemas las crisis se están abordando con viejos instrumentos y viejos métodos”, sentenció y al tiempo cuestionó el derecho a veto que poseen algunos países que “luego, haciendo uso de él, son los que obturan la verdadera solución de los conflictos”.
Finalmente reclamó la necesidad de que se cumpla con la resolución del organismo multilateral para que el gobierno del Reino Unido acepte negociar con la Argentina el tema de las islas Malvinas.
“No se trata de una postura caprichosa, no se trata de reafirmar que tenemos razón nosotros”, advirtió, “simplemente decimos: queremos que se cumpla con la resolución de Naciones Unidas y que ambos países nos sentemos a discutir sobre una cuestión litigiosa y controversial”.