Gimnasia y Tiro vive un presente inimaginado para muchos cuando comenzó esta temporada. Las expectativas por un nuevo proceso y las bondades que ofrece la pre-reestructuración del fútbol presagiaban a estas alturas a un albo competitivio y peleando en los primeros puestos por el tan preciado ascenso a la B Nacional, en una inédita posibilidad para todos. Pero la realidad le dio una cachetada. Con la convulsionada salida de Salvador Ragusa y ciertos cortocircuitos en el vestuario hechos públicos en su momento por un referente, la mala campaña terminó potenciándose y el millonario terminó prematuramente y a tres fechas del final de la fase regular, resignando sus chances de ascenso directo, pero también aferrándose a un poco realista hálito de esperanza de clasificación a los play offs por la segunda plaza.
La victoria en el clásico por Copa Argentina, nada menos que ante el clásico rival, Juventud Antoniana, fue una bocanada de aire en medio de un presente deprimente, pero sirve y mucho para esa sensación dulce de revancha y para realimentar la confianza perdida.
Ahora llegó el momento de rearmar y dar de nuevo y el nuevo DT, Luis Rueda, jugará un papel fundamental. Al ídolo del club se le encomendó la misión de redireccionar la nave y ser la cabeza de un nuevo proyecto futbolístico de cara al 2015. Y en ese proyecto, la materia prima, el recurso genuino, el metal precioso, que son los chicos del club, tendrán un rol vital bajo esta nueva línea de austeridad que consistirá en comprar poco y bien y trabajar sobre las bases.
Jugadores como Matías Guglielmi y Rubén Villarreal ya tuvieron su chance, hoy juegan su tercera temporada en primera y dieron sus frutos. Ahora les tocará tomar a la posta a Luciano Estrada, Franco Páez, Enrique Guardo, Esteban Cardozo, pibes que ya conocieron las mieles del plantel superior, pero que seguirán siendo fogueados y tomarán un protagonismo. Consecuentemente al lugar que se ganarán los nuevos valores, vendrá la limpieza, de la que aún no se dieron a conocer nombres, aunque no será difícil adivinar quienes serán los foráneos que trajo Ragusa, que nunca demostraron estar a la altura de la camiseta de Gimnasia, jamás rindieron y que ineludiblemente se marcharán en los próximos días o semanas.
Los chicos serán una parte importante de la nueva estructura y del plan que pretende activar Rueda para su nuevo Gimnasia. Y el domingo, a las 18, cuando el albo salga a jugar su compromiso para "cumplir" ante San Martín de Tucumán, en La Ciudadela, será la oportunidad propicia.
Gimnasia y Tiro vive un presente inimaginado para muchos cuando comenzó esta temporada. Las expectativas por un nuevo proceso y las bondades que ofrece la pre-reestructuración del fútbol presagiaban a estas alturas a un albo competitivio y peleando en los primeros puestos por el tan preciado ascenso a la B Nacional, en una inédita posibilidad para todos. Pero la realidad le dio una cachetada. Con la convulsionada salida de Salvador Ragusa y ciertos cortocircuitos en el vestuario hechos públicos en su momento por un referente, la mala campaña terminó potenciándose y el millonario terminó prematuramente y a tres fechas del final de la fase regular, resignando sus chances de ascenso directo, pero también aferrándose a un poco realista hálito de esperanza de clasificación a los play offs por la segunda plaza.
La victoria en el clásico por Copa Argentina, nada menos que ante el clásico rival, Juventud Antoniana, fue una bocanada de aire en medio de un presente deprimente, pero sirve y mucho para esa sensación dulce de revancha y para realimentar la confianza perdida.
Ahora llegó el momento de rearmar y dar de nuevo y el nuevo DT, Luis Rueda, jugará un papel fundamental. Al ídolo del club se le encomendó la misión de redireccionar la nave y ser la cabeza de un nuevo proyecto futbolístico de cara al 2015. Y en ese proyecto, la materia prima, el recurso genuino, el metal precioso, que son los chicos del club, tendrán un rol vital bajo esta nueva línea de austeridad que consistirá en comprar poco y bien y trabajar sobre las bases.
Jugadores como Matías Guglielmi y Rubén Villarreal ya tuvieron su chance, hoy juegan su tercera temporada en primera y dieron sus frutos. Ahora les tocará tomar a la posta a Luciano Estrada, Franco Páez, Enrique Guardo, Esteban Cardozo, pibes que ya conocieron las mieles del plantel superior, pero que seguirán siendo fogueados y tomarán un protagonismo. Consecuentemente al lugar que se ganarán los nuevos valores, vendrá la limpieza, de la que aún no se dieron a conocer nombres, aunque no será difícil adivinar quienes serán los foráneos que trajo Ragusa, que nunca demostraron estar a la altura de la camiseta de Gimnasia, jamás rindieron y que ineludiblemente se marcharán en los próximos días o semanas.
Los chicos serán una parte importante de la nueva estructura y del plan que pretende activar Rueda para su nuevo Gimnasia. Y el domingo, a las 18, cuando el albo salga a jugar su compromiso para "cumplir" ante San Martín de Tucumán, en La Ciudadela, será la oportunidad propicia.