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“El amor en los tiempos del colesterol”, la propuesta para dos horas a pura carcajada

Domingo, 18 de mayo de 2014 01:11

Para los salteños que pintan algunas canas, hablar de Gabriela Acher es traer a la memoria el humor en toda su dimensión. Es que a esta comediante la vimos actuar, entre 1989 y 1990, en el programa de Tato Bores, que le valió un premio Martín Fierro como actriz de comedia en TV. En 1991 estrena “Hagamos el humor” en canal 13, escrito, actuado y dirigido por ella y el primero en la televisión argentina que desarrolló un humor de género femenino.

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Para los salteños que pintan algunas canas, hablar de Gabriela Acher es traer a la memoria el humor en toda su dimensión. Es que a esta comediante la vimos actuar, entre 1989 y 1990, en el programa de Tato Bores, que le valió un premio Martín Fierro como actriz de comedia en TV. En 1991 estrena “Hagamos el humor” en canal 13, escrito, actuado y dirigido por ella y el primero en la televisión argentina que desarrolló un humor de género femenino.

Pero también actuó en Telecataplúm, La tuerca, Hupumorpo, Mi cuñado junto a Osvaldo Miranda y Ernesto Bianco, entre muchos otros. En 1980 actúa en Comicolor, con personajes propios como Chochi la dicharachera y Lorena del Valle. En 1983 se fue a España, al programa de Chicho Ibáñez Serrador para el que escribe su personaje de Charito Mucha Marcha. Ni hablar del curriculum que carga con actuación en cine, obras teatrales, artículos periodísticos y libros escritos que le valieron premios y nominaciones a lo largo de los últimos treinta años.

Y aquí está, nuevamente en Salta después de muchos años, con toda la chispa, porque para Gabriela el humor debe regirnos la vida “y la risa es lo que nos sana”, repite.

Por eso esta noche, a las 21, subirá al escenario del Teatro del Huerto con su obra “El amor en los tiempos del colesterol”, libro que se convirtió en best seller por su temática atemporal, fresca e identificatoria para las mujeres.

Un relato sin tiempo

“No deja de llamarme la atención que el libro que escribí hace años esté ahora mucho más vigente que entonces. Significa que es más actual que nunca y por eso decidí reflotar, totalmente reciclado, este espectáculo. Y la gente lo demuestra con las carcajadas y a la salida del teatro, donde me expresan lo identificada que se siente con el monólogo”, resume Gabriela Acher a El Tribuno.

La actriz escribe desde la mirada femenina, “porque soy mujer, hablo de mí y en ello de todas las mujeres. Vivir en un cuerpo de mujer, aún en las diferencias entre nosotras, nos pasan las mismas cosas y experiencias que nos hacen parecidas y cercanas. Es muy fácil identificarse con mi relato”, dice.

Para Gabriela queda claro que el público busca divertirse y básicamente reirse, y por eso dedicó su vida actoral a la comedia, “quizás porque mi madre era muy dramática”, cuenta entre carcajadas. En su propia vida busca todo aquella que la haga reír y recuerda a Charles Chaplin cuando decía que “un día sin risa es un día perdido”. “La risa es la droga natural más hermosa de la vida, que sana el alma para llevar adelante el dolor de la existencia”, reflexiona.

Tras un viaje de placer por Europa con su hijo, las giras de trabajo se intercalan entre España, Miami y el interior del país. “Mi humor tiene mucha llegada en países de habla hispana, pero la temática de la mujer es universal en el mundo occidental. Recientemente, tras una visita que hice a Dubai, comprobé que ellas son tratadas en forma muy diferente, totalmente relegadas y reflexioné sobre nuestra posición como mujeres de Occidente ”, cuenta.

El show

Durante casi dos horas de verdadero show, ella es la conductora de un programa televisivo en el que funciona un consultorio sentimental. Recibe y contesta cartas de mujeres sobre sus insatisfacciones amorosas y sexuales, y así desfilarán las solteras deprimidas, las casadas aburridas, las separadas escépticas pero voluntariosas, las frígidas anónimas, las mujeres grandes con hombres jóvenes, las que son carne de quirófano, la cadena para mujeres, las que esperan un llamado que no llega, las menopáusicas trastornadas, las optimistas del futuro y tantas otras. En esa tarea toma contacto con una colega de Puerto Rico, Conchita Contento, quien le proporcionará estadísticas sobre sexo para el Canal de la Mujer... Insatisfecha. Aquí se revelará que según el último censo, faltan hombres o sobran mujeres, según el cristal con que se mire. Como broche final, la autora suma el relato de sus propias insatisfacciones.

Gabriela le anticipa a El Tribuno que está terminando un nuevo libro que prevé editar el año próximo y como no para de generar cosas, está cerrando una obra teatral para cuatro mujeres, entre las que no se cuenta como protagonista, en un proyecto para el que buscará productor y actrices, con un título que será algo así como “Dónde están los hombres disponibles” que, aunque no definido todavía, ya despierta el interés y la curiosidad.

Algo más sobre Gabriela

Su paso por la escritura es muy importante, pero también lo es por el teatro. Vale recordar que actuó en “Las mariposas son libres” con Rodolfo Bebán; con Antonio Gasalla en “Abajo Gasalla” y “Gasalla for export”; “Capítulo segundo” con Víctor Laplace, “Noche de estreno”, comedia musical de la que fue protagonista junto a Carlos Moreno. Escribe junto a Betty Couceiro “Humor se escribe con Acher”, su primer espectáculo unipersonal; actuó en “El último de los amantes ardientes” con Oscar Martínez y Mercedes Morán, por el que recibe el premio Estrella de Mar como mejor actriz de comedia en teatro. Escribe y protagoniza su unipersonal “Memorias de una princesa judía”, dirigida por Mercedes Morán y actuó en “Bienvenida a casa” con Carmen Maura y dirección de Oscar Martínez.

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