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Un Ángel iluminó el debut del Tata

Jueves, 04 de septiembre de 2014 01:15
A casi dos meses de aquella recordada final en el Mundial de Brasil, Argentina y Alemania reeditaron el choque del Maracaná, pero esta vez en Düsseldorf. Un partido que no tuvo la importancia de aquel acontecido en Brasil, pero que se jugó con las mismas ganas, o al menos eso hicieron los jugadores argentinos. La Selección obtuvo su desquite y le ganó al combinado teutón por 4 a 2.
En el inicio de la era de Gerardo Martino al frente del seleccionado argentino, que no contó con el juego de Higuaín, Lavezzi y el tan esperado Lionel Messi, Angel Di María sentó cátedra. Marcó un gol, firmó las asistencias de los otros tres y puso como si hubiese estado jugando esa final que se le negó porque acarreaba problemas musculares.
El resultado puede resultar algo engañoso en un partido que se mostró abierto desde el inicio, con muchas llegadas de ambos equipos y en algunas de ellas con ocasiones claras.
El duelo entre Romero y Gómez fue una de las notas características de la primera parte, dado que el delantero alemán pudo abrir el marcador y falló en dos ocasiones frente a la presencia de Chiquito.
La otra seña de identidad del partido fue el trabajo de Di María por la banda derecha, que le dio muchos problemas a su marcador, Erick Durm, y que terminaría trayendo los dos primeros goles para Argentina.
El primero llegó en el minuto 21, cuando Di María le metió un pase al área chica a Agüero, quien no tuvo problemas para batir a Neuer. Y un poco más tarde, Fideo tiró un centro desde la línea de fondo que aprovechó Erick Lamela para definir de zurda.
Ya en el complemento, Federico Fernández marcó el 3 a 0 tras una falta lanzada desde la izquierda por Di María.
Y en el minuto 50, fue el propio jugador rosarino quien coronó su gran presentación marcando el cuarto con una vaselina por encima del cuerpo de Roman Weidenfeller que salió a cortar el ángulo.
Schürrle y Götze fueron los que descontaron para los alemanes, aunque mucho no pudieron hacer hasta el final del encuentro.

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A casi dos meses de aquella recordada final en el Mundial de Brasil, Argentina y Alemania reeditaron el choque del Maracaná, pero esta vez en Düsseldorf. Un partido que no tuvo la importancia de aquel acontecido en Brasil, pero que se jugó con las mismas ganas, o al menos eso hicieron los jugadores argentinos. La Selección obtuvo su desquite y le ganó al combinado teutón por 4 a 2.
En el inicio de la era de Gerardo Martino al frente del seleccionado argentino, que no contó con el juego de Higuaín, Lavezzi y el tan esperado Lionel Messi, Angel Di María sentó cátedra. Marcó un gol, firmó las asistencias de los otros tres y puso como si hubiese estado jugando esa final que se le negó porque acarreaba problemas musculares.
El resultado puede resultar algo engañoso en un partido que se mostró abierto desde el inicio, con muchas llegadas de ambos equipos y en algunas de ellas con ocasiones claras.
El duelo entre Romero y Gómez fue una de las notas características de la primera parte, dado que el delantero alemán pudo abrir el marcador y falló en dos ocasiones frente a la presencia de Chiquito.
La otra seña de identidad del partido fue el trabajo de Di María por la banda derecha, que le dio muchos problemas a su marcador, Erick Durm, y que terminaría trayendo los dos primeros goles para Argentina.
El primero llegó en el minuto 21, cuando Di María le metió un pase al área chica a Agüero, quien no tuvo problemas para batir a Neuer. Y un poco más tarde, Fideo tiró un centro desde la línea de fondo que aprovechó Erick Lamela para definir de zurda.
Ya en el complemento, Federico Fernández marcó el 3 a 0 tras una falta lanzada desde la izquierda por Di María.
Y en el minuto 50, fue el propio jugador rosarino quien coronó su gran presentación marcando el cuarto con una vaselina por encima del cuerpo de Roman Weidenfeller que salió a cortar el ángulo.
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