¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

15°
26 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Enfoque sobre la Selección: Y ahora, ¿de qué nos disfrazamos?

Viernes, 09 de octubre de 2015 23:07
Un traspié lo tiene cualquiera, pero cuando es sinónimo de error involuntario. Pero a la Selección argentina de Gerardo Martino no se le puede aceptar la deplorable actuación que tuvo frente a Ecuador en el arranque de las eliminatorias rumbo al Mundial de Rusia 2018. No fue un error. Fue falta de estrategia con un puñado de “extranjeros” que solo demostraron ser “messidependientes”.
Y a la falta de un plan B se le suman varios factores: se lesionó el “Kun” Agüero, Di María no encontró el rumbo, un mediocampo desierto y una defensa que jugó “a gas” frente a una selección ecuatoriana cargada con “nafta premium”.
La estrategia del Tata en armar una dupla creativa con Javier Pastore y Di María no sirvió cuando el delantero de París Saint Germain empezó a oler la sequía, hasta que se cansó y los últimos minutos de la primera etapa los vivió por el medio, donde alcanzó a armar una pared con Pastore. Nada más.
Así también se sumó en la delantera una especie de fusión entre Ángel Correa y Agüero para convencer que la ausencia del mejor jugador del mundo no se notaría, pero fracasó.
¿A qué atribuís que la Selecci...

Y además, tanto Roncaglia como Emmanuel Mas solo se dedicaron a sufrir la velocidad “supersónica” de Jefferson Montero y Antonio Valencia. Mascherano y Biglia también fueron víctimas de esas aceleradas, que afortunadamente y por falta de definición no dejaron a la celeste y blanca mucho peor parada.
Para colmó, la lesión del delantero del Manchester City complicó el panorama y el ingreso del Apache Tevez se diluyó con el paso de los minutos.
Los ecuatorianos hicieron historia frente a una selección sin alma en una noche fría y oscura, donde los nubarrones parecieron presagiar el final.
Lo cierto es que este sombrío panorama parece no tener posibilidad de hallar un pequeño haz de luz y así solo muestra que el “casi lo logramos” del Mundial de Brasil 2014 y la reciente Copa América de Chile 2015 solo serán un grato recuerdo, comparado con lo que se avecina.
Hacía rato que la Argentina no tenía un golpe tan doloroso por las eliminatorias, y en casa.

Vamos por el plan “C”

Sin Messi, que no jugará los otros tres compromisos y que se recupera de una rotura parcial del ligamento colateral derecho, ni el Kun, su reemplazo natural, que también deberá estar un mes inactivo a raíz del desgarro en el bíceps femoral de la pierna izquierda, el técnico deberá recurrir a una nueva estrategia, si es que la tiene.
Quizá sea tiempo de meter mano en el banco y desempolvar a Matías Kranevitter, pero tampoco es garantía.
El martes será otra prueba de fuego frente a Paraguay, que viene de ganarle a Venezuela, y que posee a un buen estratega como el riojano Ramón Díaz, un técnico crítico de la Selección argentina que por estas horas debe estar pensando dar el “batacazo”. Después será el turno de Brasil y Colombia
De todos modos, será otro capítulo en el que la gente espera calmar la furia y los insultos lanzados desde los cuatro puntos cardinales a un equipo mediocre que no funcionó.
Por ahora la ebullición popular no cesa y se espera que la Selección del Tata no sea un Papá Noel, que solo contagia una ilusión irreal.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla
Un traspié lo tiene cualquiera, pero cuando es sinónimo de error involuntario. Pero a la Selección argentina de Gerardo Martino no se le puede aceptar la deplorable actuación que tuvo frente a Ecuador en el arranque de las eliminatorias rumbo al Mundial de Rusia 2018. No fue un error. Fue falta de estrategia con un puñado de “extranjeros” que solo demostraron ser “messidependientes”.
Y a la falta de un plan B se le suman varios factores: se lesionó el “Kun” Agüero, Di María no encontró el rumbo, un mediocampo desierto y una defensa que jugó “a gas” frente a una selección ecuatoriana cargada con “nafta premium”.
La estrategia del Tata en armar una dupla creativa con Javier Pastore y Di María no sirvió cuando el delantero de París Saint Germain empezó a oler la sequía, hasta que se cansó y los últimos minutos de la primera etapa los vivió por el medio, donde alcanzó a armar una pared con Pastore. Nada más.
Así también se sumó en la delantera una especie de fusión entre Ángel Correa y Agüero para convencer que la ausencia del mejor jugador del mundo no se notaría, pero fracasó.
¿A qué atribuís que la Selecci...

Y además, tanto Roncaglia como Emmanuel Mas solo se dedicaron a sufrir la velocidad “supersónica” de Jefferson Montero y Antonio Valencia. Mascherano y Biglia también fueron víctimas de esas aceleradas, que afortunadamente y por falta de definición no dejaron a la celeste y blanca mucho peor parada.
Para colmó, la lesión del delantero del Manchester City complicó el panorama y el ingreso del Apache Tevez se diluyó con el paso de los minutos.
Los ecuatorianos hicieron historia frente a una selección sin alma en una noche fría y oscura, donde los nubarrones parecieron presagiar el final.
Lo cierto es que este sombrío panorama parece no tener posibilidad de hallar un pequeño haz de luz y así solo muestra que el “casi lo logramos” del Mundial de Brasil 2014 y la reciente Copa América de Chile 2015 solo serán un grato recuerdo, comparado con lo que se avecina.
Hacía rato que la Argentina no tenía un golpe tan doloroso por las eliminatorias, y en casa.

Vamos por el plan “C”

Sin Messi, que no jugará los otros tres compromisos y que se recupera de una rotura parcial del ligamento colateral derecho, ni el Kun, su reemplazo natural, que también deberá estar un mes inactivo a raíz del desgarro en el bíceps femoral de la pierna izquierda, el técnico deberá recurrir a una nueva estrategia, si es que la tiene.
Quizá sea tiempo de meter mano en el banco y desempolvar a Matías Kranevitter, pero tampoco es garantía.
El martes será otra prueba de fuego frente a Paraguay, que viene de ganarle a Venezuela, y que posee a un buen estratega como el riojano Ramón Díaz, un técnico crítico de la Selección argentina que por estas horas debe estar pensando dar el “batacazo”. Después será el turno de Brasil y Colombia
De todos modos, será otro capítulo en el que la gente espera calmar la furia y los insultos lanzados desde los cuatro puntos cardinales a un equipo mediocre que no funcionó.
Por ahora la ebullición popular no cesa y se espera que la Selección del Tata no sea un Papá Noel, que solo contagia una ilusión irreal.

Temas de la nota

PUBLICIDAD